A ciegas

A ciegas: Apocalipsis visual

· Crítica de A ciegas | Disponible en Netflix.
· Rodada en California, la película tiene equilibrio en lo que se refiere a interiores y exteriores, evitando la claustrofobia de otras películas similares.

Una mujer con dos niños pequeños desciende en una barca un río revuelto y peligroso. No sabemos adónde se dirigen. Tampoco por qué llevan los ojos vendados.

La prestigiosa directora danesa Susanne Bier firma esta adaptación de una novela de Josh Malerman. Bier viene trabajando asiduamente en Hollywood y en coproducciones de prestigio con resultados muy variados: el largo Cosas que perdimos en el fuego (2007) era apreciable pero fallido, Serena (2014) fue una calamidad, notable fue la miniserie The Night Manager…

La narración en dos tiempos de Bird Box -que ese es el título original de A ciegas– es arriesgada: especialmente porque no tiene la menor justificación narrativa. Es simplemente una manera de captar la atención de un espectador que quizá busque que le cuenten las mismas historias de otra manera. Y es que la historia está muy vista. Es un drama de supervivencia tras un cataclismo que ha asolado el planeta.

Rodada en California, la película tiene equilibrio en lo que se refiere a interiores y exteriores, evitando la claustrofobia de otras películas similares. Bullock es el centro de una historia que comparte muchos elementos con Un lugar tranquilo, que la supera en todos los niveles, tanto en fondo como en forma. El metraje se estira de manera incomprensible, dañando una película que contada en menos tiempo sería más eficaz en lo que a fuerza dramática se refiere. Como thriller tiene algún momento logrado y otros que son impropios de una directora como Bier, recurriendo a escenas de violencia demasiado crudas que eran perfectamente prescindibles.