A golpes

La película se centra en el boxeo, que actúa como punto de unión de varias historias con el "Girl Power" como leif motiv

A golpes

A golpes: De Vallekas al cielo

Mariano (Alfredo Villa), un ex boxeador que dilapidó su fama entre drogas y alcohol, vuelve a su barrio de Vallecas, con la meta de alejar a los jóvenes de todo aquello que le llevó a la ruina. Para ellos abre un centro de oficios donde imparten clases de informática, peluquería, pero especialmente, de boxeo.

María (Natalia Verbeke) es una luchadora de pro. Marcada por los golpes de la vida, busca, también a golpes, la manera de cambiar su futuro. Necesita demostrarse a sí misma que puede ser alguien si no se deja guiar por esos golpes que le persiguen. Y a golpes en el ring intentará aliviar las ausencias y el dolor.

Junto a María, otras chicas de veintipocos. Juanita, que llegó junto a su madre de Colombia; Vicky, marcada por la mala suerte; Mena, la más inconsciente del grupo, y finalmente Nitzia, inmigrante marroquí que sufre continuos golpes emocionales entre la tradición musulmana de su familia y sus ganas de adaptarse a la vida occidental. Y Fran, un chulo de barrio enmadrado que se escuda en un machismo exacerbado para protegerse así de las piedras que él mismo tira hacia su tejado.


En su segundo largometraje, Juan Vicente Córdoba (Aunque tú no lo sepas) sigue la estela de películas recientes sobre la marginación social como 7 vírgenes o Princesas, que se asoman a la vida dura en los barrios más populares de las grandes ciudades. La violencia campa a sus anchas y la droga cambia el destino de muchos jóvenes. Chicas que con sexo intentan atrapar a su príncipe azul, y príncipes azules que no son más que ranas que intentan enriquecerse por medio de alunizajes.

La película se centra en el boxeo, que actúa como punto de unión de varias historias con el «Girl Power» como leif motiv. El tono es descarnado, con sexo heavy, mucha violencia y tremendismo a manta. Al guión le sobran tópicos y le faltan matices. Hay secuencias lucidas pero la realización es mejorable porque cae en un relato demasiado episódico, con un registro de sonido bastante regular. Muy logrado el deje vallecano de Natalia Verbeke (su personaje es el mejor construido, con los conflictos más creíbles) y buen trabajo del televisivo Daniel Guzmán (Aquí no hay quien viva) interpretando al «Rey de la basura», muy propio, subido a una lavadora del vertedero.


A Golpes

España, 2005

Ficha Técnica

Fotografía: Teo Delgado Montaje: Pablo Blanco Música: Guateque All Stars Distribuidora: Sony

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