Al final del túnel

Al final del túnel: Thiller claustrofóbico

· Al final del túnel es un thriller en el que se detectan influencias de Hitchkock (La ventana indiscreta) en la que un inválido, con los útiles de su profesión, descubre un crimen, y de Edgar Allan Poe con el terror a los espacios cerrados.

Leonardo Sbaraglia da vida a Joaquín, un amargado y solitario parapléjico, que vive en una gran casa en Buenos Aires. Un día una mujer joven se presenta con su hijita y le propone alquilarle el piso de la terraza. Joaquín termina por aceptar y, de hecho, la presencia de las inquilinas tiene una influencia benéfica en su carácter. Al mismo tiempo, mientras trabaja en su sótano, oye a un grupo de ladrones que están haciendo un túnel para robar un banco cercano y decide tomar cartas en el asunto.

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Rodrigo Grande se había dado a conocer con historias amables como Presos del olvido, y ahora se lanza a un thriller en el que se detectan influencias de Hitchkock (La ventana indiscreta) en la que un inválido, con los útiles de su profesión, descubre un crimen, y de Edgar Allan Poe con el terror a los espacios cerrados. La ambientación es claustrofóbica; el protagonista habita una gran casa que guarda terribles secretos de su pasado. A ello le ha añadido una trama policial moderna con diversos giros que no desvelaremos aquí.

Son muchos registros en una misma historia, pero Grande lo lleva a buen puerto, aunque a veces abuse de la buena voluntad del espectador al que obliga a creer  los trucos que utiliza para sacar el proyecto adelante. Tal vez para resarcirle el desenlace es rápido y violento.

Leonardo Sbaraglia hace un gran papel, Clara Lago le da una convincente réplica.