Aladdín

A pesar de ser un remake, y que el modelo era una película magnífica, Ritchie da un dinamismo adecuado a una historia de acción que tiene su origen en dibujos animados

Aladdín (Guy Ritchie, 2019)
· Will Smith se lleva la palma, el genio es el gran protagonista de la historia, no solo por sus «gansadas», sino porque la historia va de la amistad entre el genio y Aladdín.

Aladdín: Una muy agradable sorpresa

Aladdín, antes Aladino, y Abu -su mono- son un par de pícaros que sobreviven gracias a su ingenio y a sus rápidos dedos por el bazar de Agraba. Un día Aladdín queda prendado por una bella joven que resulta ser la princesa Jasmin de incógnito. Para volver a ver a la princesa se arriesga a entrar en el palacio de noche, pero es atrapado. El gran visir Jafar le promete la lilbertad y una gran suma de dinero a cambio de una lámpara, escondida en una cueva mágica. Quien frote la lámpara tendrá un genio a su servicio.

Este preámbulo -y lo que sigue- indica a las claras que el nuevo Aladdín es un remake del clásico de animación de la factoría Disney (1992), ahora filmado con personajes reales. El objetivo no es volver al personaje de Las mil y una noches, sino conseguir que actores humanos reproduzcan lo más fielmente posible lo que hicieron unos dibujos. Disney empezó este proceso tímidamente, en 1994, con una versión de El libro de la selva; después vinieron los 101 dálmatas, con la inolvidable Glenn Close; con la Alicia en el país de las maravillas de Tim Burton -y su fenomenal recaudación-, la causa estaba ganada; casualmente esa historia se alejaba mucho de la película original. El mensaje fue claro, no hace falta buscar ideas nuevas, las viejas funcionan: Cenicienta, El libro de la selva, La Bella y la Bestia y Dumbo se han encarnado, y han aparecido como spin off películas como Maléfica, visión alternativa de La bella durmiente de animación; pronto veremos un nuevo Rey León, una nueva Mulan y La sirenita.


Dicho esto, ¿qué se podía esperar y qué da de sí Aladdín? Hay que reconocer que inicialmente todo eran inconvenientes, empezando por los miles de whatsapp que la ponían a caldo. Los tráilers fueron bastante pobres, mostrando personajes con poco encanto o melodías simples comparándolas con la versión original. Wil Smith azul era horroroso y Guy Ritchie acababa de realizar su peor película. Lo peor de todo era que el modelo, Aladdín (1992), era una película magnífica, llena de encanto y  con una animación difícil de imitar. Y, sin embargo, el equipo de producción y su director han realizado un trabajo fenomenal y logrado lo imposible, esta película está a la altura de su modelo, al menos.

Ritchie da un dinamismo adecuado a una historia de acción que tiene su origen en dibujos animados, amén de un gramo de locura que tiene la historia y sus canciones, colores y coreografías; ha conservado todas y han añadido dos más, se trata de casi un musical, los arreglos de los temas originales son del propio Menken. Mena Massoud y Naomi Scott son dos protagonistas perfectos, tienen el encanto de los modelos y personalidad propia. Will Smith se lleva la palma, el genio es el gran protagonista de la historia, no solo por sus «gansadas», sino porque la historia va de la amistad entre el genio y Aladdín, convertido en su pupilo, y también unas subtramas nuevas que sorprenden especialmente al terminar la película rizando el rizo.

Sí, hay subtramas nuevas, ligeros toques que actualizan sin estridencias una película que tiene veinticinco años. Y también, una producción extraordinaria, Gemma Jackson ha construido una ciudad que vive y en un entorno de belleza y fascinación mágicos, y ese trabajo es capital a la hora de hacer creíble -relativamente- esta historia.

En definitiva, Aladdín es una muy agradable sorpresa.

Ficha Técnica

  • Fotografía: Alan Stewart
  • Montaje: James Herbert
  • Música: Alan Menken
  • Duración: 128 min.
  • Público adecuado: Todos
  • Distribuidora: Disney
  • EE.UU. (Aladdin), 2019
  • Estreno: 24.5.2019
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Reseña
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Historiador y filólogo. Miembro del Círculo de Escritores Cinematográficos. Ha estudiado las relaciones entre cine y literatura. Es autor de “Introducción a Shakespeare a través del cine” y coautor de una decena de libros sobre cine.
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