Amélie

El filme no da un momento de respiro, cada plano dispara una nueva idea, ametrallando como muy pocas veces al incauto espectador que vaya a pasar el rato

Amélie (2001)

Amélie: Un fabuloso cuento de hadas

Hay películas que uno debe reconocer como buenas, por su guión, sus interpretaciones, su montaje, su puesta en escena o cualquier otro motivo. Y hay otras que, además, dejan al espectador sumido en una agradabilísima sensación, con un relajamiento y una enorme sensación de placer, películas que hacen soñar, películas que te hacen sentir bien. Una de ellas es esta bellísima Amélie.

Al igual que la reciente y fascinante Moulin Rouge, esta también se desarrolla en el parisino barrio de Montmartre, pero no a principios del siglo pasado, sino en la actualidad. Amélie es una joven que ha sufrido una infancia difícil. Con 22 años, trabaja como camarera en un céntrico café, hasta que un día, debido a un azaroso incidente, decide llenar su soledad ocupando su tiempo libre en hacer a los demás más felices. En este ‘trabajo’ un día conoce a Nino, un chico extraño que trabaja en un sex-shop y como fantasma en el tren de la bruja, y que en su tiempo libre colecciona fotos de fotomatón que quedaron olvidadas por sus dueños en las papeleras. Amélie se enamora del chico, aunque en vez de declararse se dedica a jugar al gato y al ratón con él.

Amélie es una auténtica delicia. Personalmente, hacía mucho tiempo que no disfrutaba tanto en la sala de un cine. Estamos ante uno de los mayores derroches de imaginación y de fantasía de la historia del cine. No en vano, detrás del filme está el coautor de las fantásticas Delicatessen y La ciudad de los niños perdidos. Amélie es tan imaginativa como aquellas pero radicalmente opuesta en el tono, no es tan oscura, al contrario, es un derroche de frescura, un desbordamiento de optimismo, un cuento de hadas dulce, divertido y sencillamente genial.


El filme no da un momento de respiro, cada plano dispara una nueva idea, ametrallando como muy pocas veces al incauto espectador que vaya a pasar el rato. No es que estemos ante un filme que pida una inteligencia superior, pero sí una extrema atención, porque cada segundo surge un nuevo tema, un nuevo detalle, un nuevo destello de calidad e imaginación (desde un gnomo de escayola que viaja por el mundo mandando fotos a su dueño, hasta un pez de colores que no puede soportar la presión y se suicida saliéndose de la pecera), así que estén preparados.

Fantástica, una joya más del cine francés, quizás el mejor de Europa, con infinitas dósis de alegría, de optimismo, de vitalidad, y con una soberbia Audrey Tautou, que ha enamorado a toda Francia con este filme. Y no es para menos, ¡qué ojos negros, qué mirada, qué profundidad, qué expresividad!, ¡y qué sonrisa!. Sin duda, una de las más bellas actrices del momento, y una de las que más talento tiene.

Filme imprescindible, no se arrepentirán, vayan sin pensarlo, y saldrán de la sala encantados, engatusados y pidiendo más, mucho más.

Ficha Técnica

  • Fotografía: Bruno Delbonnel
  • Montaje: Céline Kélépikis, Hervé Schneid
  • Música: Yann Tiersen
  • Duración: 121 min.
  • Público adecuado: +12 años
  • Distribuidora: Vértigo
  • Francia (Le fabuleux destin d’Amélie Poulain), 2001
  • Estreno: 19.10.2001
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