Another year

Another year: Intimista, conmovedora

Se estrena en España la última película de Mike Leigh, avalada por el voto favorable de la crítica y una taquilla de 15 millones de dólares. 

Un matrimonio maduro –Tom y Gerri-, feliz­mente casado. Una amiga de ella. Un ami­go de él. Un hijo que no acaba de encon­trar su media naranja. Alrededor de estos cinco personajes el director-guionista po­ne en pie una historia realmente cautiva­do­ra y sencilla, desarrollada a lo largo de las cuatro estaciones del año.

Mike Leigh (Secretos y mentiras, 1996; Happy: Un cuento sobre la felicidad, 2008) siem­pre ha destacado por su capacidad de plas­mar con realismo y delicadeza la condición humana. Aquí vuelve a hacer gala de es­te don. La historia rebosa humanidad; ca­da personaje transmite perfectamente lo que late en su interior. Fundamentalmente, la historia rezuma paz. Esa paz fruto de la ma­durez y de la vida bien vivida del matrimo­nio protagonista, encarnados por unos es­pléndidos Jim Broadbent (La reina Vic­to­ria, Harry Potter y el misterio del príncipe, am­bas de 2009) y Ruth Sheen (Todo o na­da, 2002).

Por contraste, también hay personajes car­gados de incertidumbres, inseguridades trá­gicas, que no acaban de encontrar su lu­gar. Especialmente llamativa es la interpre­ta­ción magistral de Lesley Manville (¡qué bien aguanta la cámara!), en su difí­cil papel de amiga de Gerri, más desequili­brada de lo que todos en un principio ima­ginaban.

Comedia -a ratos irónica pero sin el sarcas­mo habitual de otras películas de Leigh co­mo Indefenso, 1993- y drama se compene­tran en una historia de pequeños encuentros, anécdotas y sucesos narrados con una au­tenticidad y un realismo interpretati­vo arro­lladores.

Todo queda potenciado por el modo de di­rigir el director a los actores -muchos de ellos han trabajado en películas anteriores de Leigh-, que fomenta la improvisación co­mo método para obtener el resultado final.

La fotografía de Dick Pope tampoco tiene desperdicio. El paso de una estación a otra está cuidado al máximo, jugando con to­nalidades y otros elementos significativos del decurso temporal, generalmente con una textura cálida y detallista, tanto en inte­riores como en exteriores. Y la música arro­pa los diferentes momentos -siempre ín­timos, como si estuviéramos mirando por el cristal de una casa-, jugando con los instru­mentos solistas: a veces cuerda, a veces te­clado, con frecuencia apoyándose en la es­tructura de ostinatos que oscilan de tonos mayores a menores y viceversa, como la vi­da misma.

Aunque Secretos y mentiras se alzó con la Pal­ma de Oro en Cannes, hay quien dice que ésta es la mejor obra de Leigh. Another year ha recibido varios premios europeos, par­ticipó en la Sección Oficial de Cannes 2010 y optó al mejor guión en la última edi­ción de los Oscar.