Atenea

Gavras consigue introducir al espectador completamente en el conflicto, en el barrio, y le mantiene al borde del asiento durante los casi 100 minutos de película

Atenea (2022)

Atenea: Barricadas de barrio

· Crítica de Atenea | Disponible en Netflix.
· La cinta es como un cóctel molotov que le explota a uno en la cara, un golpe de realidad seco y directo del que uno no puede apartar la mirada.

El cine no puede ser ajeno a la realidad. Da igual el nivel de fantasía o imaginación que pueda tener una historia, lo creativos que sean sus autores. Siempre debe estar conectado a la vida. Quizá, por eso, el cine social francés vuelve a vivir una época dorada. Un cine nacido en el barrio, en las zonas marginadas, que quiere contar lo que viven, la verdad oculta de esos barrios.

Atenea nos presenta la historia de Karim y Abdel. Ambos han perdido a su hermano en una pelea con la policía, algo que Karim no pretende dejar pasar. Un asesinato puede desencadenar una auténtica guerra civil, cuando los jóvenes del barrio deciden vengar a su amigo.


Una vez más, es Ladj Ly y los preceptos del grupo Koutrajmé los que lo hacen posible, aunque no directamente. Se nota la mano de Ly en el guion, pero es principalmente el tremendo trabajo de Romain Gavras lo que hace de este filme su obra magna. Su trabajo con Boucard es de los que quitan el hipo. La película ya arranca con un plano secuencia de 11 minutos digno de estudio, y a partir de ahí toda la película se desarrolla como una auténtica joya visual. Los planos largos, que ya vimos en Los miserables (2017), alcanzan un nuevo nivel, y logran una inmersión en la trama muy profunda. Gavras consigue introducir al espectador completamente en el conflicto, en el barrio, y le mantiene al borde del asiento durante los casi 100 minutos de película. Y es que Atenea se hace corta, muy corta.

Sin embargo, puede haber quien interprete que la fotografía se pase en su espectacularidad, en detrimento de una trama sin grandes giros y desenlaces predecibles. Es cierto que Atenea puede perder parte de la riqueza narrativa que sí tenía Los miserables o La Haine (1995), y que tampoco tiene esa sutileza en su mensaje. Atenea es como un cóctel molotov que le explota a uno en la cara, un golpe de realidad seco y directo del que uno no puede apartar la mirada. El guion de Ly, Gavras y Belkeddar no destaca tanto, pero no por ello es menos acertado.

Durante el visionado, es inevitable establecer paralelismos con la película del propio Ladj Ly. De hecho, Atenea funciona casi como una secuela, aunque no tengan nada que ver pues, si Los miserables se hubiese prolongado, probablemente habría desencadenado en un conflicto similar, porque presentan el mismo mensaje: el tiempo se acaba. Quizá en este caso tenga un matiz de mayor urgencia. La falsa integración no funciona, y las minorías se hacinan en los barrios del extrarradio sin las mínimas condiciones de vida. Es pólvora a la que solo hace falta una chispa. La de Los miserables es una agresión policial. En Atenea, un asesinato. Lo que vemos en la película es ficción, sí, pero lo que Gavras y Ly pretenden decirnos es que puede convertirse en realidad.

Y esa realidad está más cerca de lo que parece.

Ficha Técnica

  • Fotografía: Matias Boucard
  • Montaje: Benjamin Weill
  • Música: Surkin
  • Diseño de producción: Arnaud Roth
  • Duración: 99 min.
  • Público adecuado: +16 años (V)
  • Distribuidora: Netflix
  • Francia (Athena), 2022
  • Estreno: 23.9.2022
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