Ausentes

Si Daniel Calparsoro hubiese huido de las trampas y se hubiera decantado por una historia más simple pero más auténtica, podría haberle sacado un gran partido a su excelente equipo

Ausentes (2005)

Ausentes: El guión ausente

Daniel Calparsoro se aleja de la temática bélica de su último largometraje, Guerreros (2002), para centrarse en un thriller psicológico, Ausentes, ambientado en una ciudad dormitorio. La trama gira entorno a la vida de una familia que decide trasladarse a una urbanización de semilujo con la esperanza de dejar atrás una serie de sucesos que han dejado muy marcada a Julia (Ariadna Gil). Aislados de la civilización, enfrentados entre ellos, cada uno de los integrantes de este núcleo familiar ve aflorar sus miedos y sus ansiedades.

Para narrar esta historia, Calparsoro ha contado con la colaboración de Ray Loriga y Elio Quiroga en la escritura del guión. Si bien pudiera pensarse que la colaboración entre ellos ha aportado equilibrio a un tipo de género que, por desgracia, el cine español no lleva con demasiada soltura, el resultado causa un efecto de rebote. Desde el comienzo, los personajes de Ausentes no quedan bien definidos. Todos los protagonistas y las situaciones aparecen rodeados de una nebulosa que no remite tanto a la atmósfera del drama como al engaño generado para causar la angustia anhelada. La incongruencia es tal, que un actor de la talla de Jordi Mollà es incapaz de dar consistencia a su personaje y navega en busca de unas directrices que parecen no llegar nunca. Ariadna Gil y el pequeño Omar Muñoz son los únicos que parecen encontrar un poco de luz para sus personajes, pero el daño ya es irreversible. El juego de artificios y del «quién es quién» pasan a primer plano y los puntos fuertes de Ausentes se difuminan poco a poco.

Hay que reconocerle a Daniel Calparsoro capacidad para dotar a su obra de una agilidad y una belleza visual muy destacables. Con una planificación bastante sencilla, salvo en contadas excepciones, logra explorar el dramatismo sin recurrir a la palabra (la escena de las puertas rojas, la búsqueda de la luz). El complemento perfecto a la planificación viene de manos del compositor Carlos Jean (en su tercera colaboración con el cineasta), que crea una banda sonora con reminiscencias a la del film norteamericano Arlington road de Mark Pellington (1999), como se puede percibir también en el posicionamiento de las cámaras en los primeros 20 minutos del metraje.


Si Daniel Calparsoro hubiese huido de las trampas y se hubiera decantado por una historia más simple pero más auténtica, podría haberle sacado un gran partido a su excelente equipo técnico y artístico.

Ficha Técnica

  • País: España, 2005
  • Fotografía: Josep M. Civit
  • Montaje: Iván Aledo
  • Música: Carlos Jean
  • Distribuidora: Buena Vista
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