Back to Black

Back to Black: Un amable homenaje

· Crítica de Back to Black | Estreno 31 de mayo de 2024.
· La película narra, con sensibilidad y acierto, el trato de la cantante con su abuela y con su padre, que ejercieron una profunda influencia en su vida.

Back to Black, título del segundo y magnífico álbum de Amy Winehouse, es un biopic que cuenta el momento culminante de la vida de la genial cantante británica: el periodo de elaboración de dicho disco, centrándose -no podía ser menos- en sus demonios. Back to Black comienza tras el lanzamiento del álbum Frank. Amy habría dicho a sus productores que para seguir componiendo tenía que vivir, experimentar. La película ilustra esa trágica sentencia: caídas y recaídas en el alcohol y las drogas, un romance con funestas consecuencias, una clínica de rehabilitación.

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Amy Winehouse fue una vocalista de gran talento y fuerte personalidad. Falleció en 2011, a los 27 años, a causa de intoxicación etílica. La historia es brillante y triste a la vez. La directora Sam Taylor-Johnson destaca la vulnerabilidad de la joven y el carácter biográfico de las letras de sus canciones. Back to Black habría sido motivado por el romance con Blake Fielder-Civil, a quien la directora convierte en el gran villano de esta historia. Prácticamente le declara culpable de la muerte de la artista. Además, la película narra, con sensibilidad y acierto, el trato de la cantante con su abuela y con su padre, que ejercieron una profunda influencia en su vida. De todas maneras, la historia de Blake se lleva la parte del león.

Existe abundante material gráfico sobre la cantante, entre otros 11 vídeos musicales y el DVD Told You I Was Trouble: Live in London (2007), que incluye un reportaje sobre su meteórica carrera. Tras su muerte apareció el documental Amy (2015), de Asif Kapadia. Back to Black, con guion de Matt Greenhalgh, es un biopic al uso, con un punto de vista bien establecido. Como tal tiene aciertos: la gran interpretación de Marisa Abela, la relación de la cantante con su padre y abuela, las canciones que se oyen en un contexto bien preciso; y disgusta a buena parte del público, fan de la cantante, a quien no agrada la manipulación de algunos datos.

El guion tiende al melodrama, lo que es injusto con la artista. No la vemos trabajar, y sabemos que la composición y el trabajo de estudio fue enorme, por no hablar de la preparación de los vídeos y conciertos. Las letras de sus canciones, que sirven de fondo de la historia, son un eficaz recurso dramático, pero esos dramas que relatan no son lo que vemos en la pantalla. Como mucho llegan a un burdo sketch. Amy Winehouse merece una gran película que no es esta. Back to Black se queda en un amable homenaje a la cantante. Permite recordarla y disfrutar de su música, y de la genial interpretación de Marisa Abela, auténtico sosia de la artista.