Bellos suicidios: Y sin embargo… esperanza

Bellos suicidios | Hace años, el veterano dramaturgo y cineasta madrileño Rafael Gordon sorprendió con dos películas singulares, bellas y profundas: el espléndido monólogo La reina Isabel en persona —sobre Isabel la Católica— y el sugerente diálogo retrofuturista Teresa, Teresa, sobre la santa de Ávila.

Su desbordante libertad creativa decantó después en La mirada de Ouka Leele, sensacional documental de creación, que le valió la candidatura al Goya en esa categoría. Ahora, arriesga todavía más en Bellos suicidios, radical experimento fílmico-teatral, con el que indaga en el creciente nihilismo de la hedonista, narcisista y decadente sociedad actual.

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Las protagonistas son Ana, Silvia y Virginia, tres hermosas jóvenes que asisten, en compañía de varios hombres misteriosos, a sesiones de terapia en un centro de rehabilitación para personas que han intentado suicidarse y están en riesgo de volver a intentarlo.

En el transcurso de las extrañas reuniones, dirigidas por una simpática terapeuta, las tres mujeres son enfrentadas a los grandes temas, desvelando con sus actitudes y respuestas la vacuidad y ausencia de rumbo de sus vidas, diversas entre sí, pero todas marcadas por diversos traumas y dedicadas a la búsqueda del placer a cualquier precio.

“Puedes vencer al miedo con humor, con dolor, con honestidad, valor, intuición y con el amor en el sentido más sincero de la palabra”. Estas palabras del cineasta estadounidense John Cassavetes encabezan la película y son el contrapunto constante de las surrealistas situaciones en las que se sumergen las protagonistas, con pedantes peroratas, cínicas, desencantadas y materialistas.

Gordon las obliga a exponer las heridas de sus almas en un tono premeditadamente declamativo, que contrasta con la abrupta irrupción de la esperanza en ese barrizal existencialista a través del dolor compartido, la amistad sincera, el arrepentimiento, el amor más allá de la simple pulsión sexual y la fe en Dios. Un Dios que “es modesto y sólo da pistas de su existencia, como el infinito o la inteligencia humana”, y que “nunca golpea con las dos manos” porque, además de padre, es también madre, como queda claro en el desenlace del filme. Por eso, “amar a Dios y vivir son la misma cosa. Dios es la vida”.

Gordon encripta estas sugestivas ideas a lo largo de la tarantiniana verborrea nihilista y necrófila de las protagonistas, a las que lleva siempre hasta el borde mismo de lo grotesco o de lo sórdido. Esta atrevida opción puede desconcertar al espectador de a pie y, ciertamente, rebaja la emotividad de la película respecto a los anteriores filmes recientes del director. Sin embargo, si uno acepta sus reglas, conectará con los personajes, se conmoverá con el patetismo de las tres suicidas y sus singulares comparsas masculinos, sonreirá con la intervención de la artista Bárbara Allende / Ouka Leele —en la piel de una monja amante de los perros— y se sorprenderá con la solidez interpretativa de la hija de ésta, María Rosenfeldt. Ella es el mayor foco de luz de la película junto con la crítica de cine Teresa Ekobo y su hija más pequeña, que llenan de verdad y hondura el tramo final de la cinta.

Por lo demás, Gordon saca partido al escaso presupuesto con que ha contado, y disimula sus carencias con una planificación esmerada y sustancial, en la que articula sus abigarradas y paradójicas críticas-homenaje a Mondrian, Freud, Ana Frank, Schopenhauer, Virginia Woolf, Sylvia Plath… David Iturregui le secunda con vigor en su variada banda sonora, Juan Masides en su desnuda fotografía, y Julia Juániz da unidad al conjunto con su montaje, a tono con la singular mirada de toda la película.

Una película compleja, difícil e inclasificable, pero que deja poso, sobre todo cuando se recuerda y se piensa.

Lo mejor: una sorprendente María Rosenfeldt

Lo peor: algún exceso críptico

Ficha Técnica

  • Fotografía: Juan Masides
  • Montaje: Julia Juániz
  • Música: David Iturregui
  • País: España
  • Duración: 90 min.
  • Público adecuado: +18 (Erotismo, lenguaje crudo)
  • Distribuidora: Pirámide
  • Estreno: 16 diciembre 2011
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