Black Coal

Cine de una factura imponente, con un nivel de autoría notable que le permite trascender una mera historia policial

Black Coal (2013), de Yinan Diao

Black Coal: Sexta Generación china

Potente. Muy potente. Así me parece la película del chino Yinan Diao que se llevó el Oso de Oro en el Festival de Berlín dejando a Linklater con la Plata al mejor director por su estupenda Boyhood.

Más allá de glosas sobre justicias o injusticias en los galardones festivaleros, Black Coal vuelve a poner de manifiesto la pujanza del cine chino y especialmente del que hacen los miembros de la llamada Sexta Generación. La tercera película dirigida por Diao en 11 años cuenta una historia muy interesante y la cuenta muy bien.

Arranca la película con las trazas de una novela negra canónica para adoptar muy rápidamente un estilo personal que mezcla elementos de la excelente Crónica de un asesino en serie del coreano Bong Joon-ho (ganadora en 2003 de la Concha de Plata al mejor director) y de la reciente Un toque de violencia del chino Jia Zhang Ke, premio al mejor guión en Cannes. Jia Zhang Ke y Yinan Diao se llevan un año de diferencia y proceden de regiones limítrofes, ambos estudiaron en la Escuela de Cine de Pekín y forman parte de la Sexta Generación que tomó el relevo a la Quinta que lideran Zhang Yimou y Cheng Kaige.


Black Coal, después de su triunfo en Berlín, fue aprobada por la censura china y se pudo ver allí, cosa que no ha ocurrido con otras películas de los miembros de la Sexta Generación, todos ellos dotados de un llamativo dominio del lenguaje cinematográfico y familiarizados con el formato digital, al que saben extraer muchas de sus ventajas desde el punto de vista de la producción (no es un tema menor, en un país donde sigue existiendo una severa censura, no solo para la exhibición sino para la autorización de rodajes)

Black Coal (Yinan Diao, 2014)

Crímenes en un país inmenso

Un trabajador de una mina de carbón es asesinado y su cuerpo mutilado aparece a cientos de kilómetros. La investigación sigue la pista de varios sospechosos, pero en el intento de apresarlos mueren dos oficiales y otro, herido, Zhang Zili es obligado a retirarse del caso y lo asignan como guardia de seguridad en una fábrica. Cinco años después vuelven a sucederse los asesinatos y Zhang Zili se percata de que todas las víctimas están relacionadas de un modo u otro con una misteriosa mujer.

La película ha pasado por muchos festivales y, es lógico, porque es cine de una factura imponente, con un nivel de autoría notable que le permite trascender una mera historia policial, un negro de reglamento con su femme fatale, su policía baqueteado y desencantado, delincuentes brutales, violencia epiléptica.

Black Coal quiere y logra ser muchas cosas a la vez: un fresco social muy expresivo de la China contemporánea, una historia de personajes asediados por la banalidad y la inercia vital en una sociedad atrapada entre un comunismo deshumanizador que rivaliza con el capitalismo rampante y con su peor cara, que se va extendiendo aprovechando la corrupción de muchos en un régimen fosilizado.

Todo lo hace Diao con un vigor visual muy notable. La fotografía nocturna, las panorámicas urbanas, las inteligentes localizaciones, la solvencia con que afronta situaciones que podrían prestarse al manierismo son excelentes. No se quedan atrás en méritos los actores, que transmiten una autenticidad que estremece sin apelar a la grandilocuencia teatrera. En ese sentido, las secuencias de la tintorería son admirables, tanto como las operaciones de la policía, que no se pueden rodar mejor.

Habrá quien achaque a la cinta dispersión, falta de foco o discontinuidad pero esa fragmentación, la rebelión contra la uniformidad comunista del A+B+C me gusta mucho, me interesa más: porque le sienta muy bien a la historia, porque deja ver la actitud de directores de 45 años que ven como su país está cambiando vertiginosamente.

Salí del cine y le dije a un colega veterano: estos chinos cada vez saben hacer más cosas y las hacen muy bien: usan el cine de género para hacer radiografías de su sociedad, con películas que no necesariamente tienen que ser un ladrillo.

El asunto es que puede haber espectadores (seguro que los que leen esta revista no) que si les das un discurso distinto y tienen que cambiar el chip occidental, rápidamente ven el problema en el emisor-director, cuando el problema está en el receptor-espectador (recuerden lo que pasó no hace mucho con la magnífica The Grandmaster del maestro Kar Wai).

Sé que puede resultar pedante y prepotente, pero hay cine que requiere llevar lo deberes hechos. En esta película, puede bastar con leer una buena crítica antes de ir a verla…

Ficha Técnica

  • Fotografía: Dong Jingsong
  • Montaje: Yang Hongyu Música: Wen Zi
  • Duración: 106 min.
  • Distribuidora: Surtsey
  •  Público adecuado: +18 años (VX)
  • Estreno en España: 3.10.2014  

Bai ri yan huo. China, 2014. 

Suscríbete a la revista FilaSiete

Salir de la versión móvil