Blackthorn: Dos hombres y un robo
Blackthorn: Mateo Gil da un paso de gigante en su segundo largometraje, un nostálgico western protagonizado por Sam Shepard y Eduardo Noriega.
Mateo Gil es conocido fundamentalmente por ser el guionista de Alejandro Amenábar. Se estrenó en la dirección sin demasiado brillo con Nadie conoce a nadie, un flojo thriller ambientado en la Semana Santa sevillana. En este segundo largometraje, Gil da un paso de gigante dirigiendo con buena mano un arriesgado western. Y digo arriesgado no porque la trama sea compleja, que no lo es, sino porque Gil se ha atrevido a rodar una historia sobre el legendario bandido Butch Cassidy, ni más ni menos. Hay que echarle valor para rodar una cinta que enlaza directamente, por su personaje, con el film Dos hombres y un destino, aunque Mateo Gil se apresure a afirmar que lo único que comparten las dos películas es, eso, el protagonista. En Blackthorn vemos a Cassidy veinte años después de su supuesta muerte. Es un hombre cansado, sigue viviendo en una continua huida y con la nostalgia de volver a casa en un mundo en el que ya no hay sitio para él. Un día conocerá a un joven ingeniero español que acaba de robar al déspota explotador de una mina. Juntos emprenden una huida y una amistad que les llevará a amargos descubrimientos.
El cineasta madrileño tiene claro lo que quiere conseguir con su película: “Una de las cosas que más me atrae del western es que es un género profundamente moral. En él, los personajes se enfrentan a la vida y a sus diversos problemas (la libertad, la amistad, la lealtad) en condiciones muy sencillas, y a menudo ejemplarizantes. Con mi película quiero reivindicar precisamente esa mirada moral, ahora que parece que está obsoleta”. Esta preocupación de Gil por mantener el tono del western clásico es evidente y, a veces, pasa factura en la narración con algunos diálogos un poco forzados y, sobre todo, una trama excesivamente sencilla pues lo que se busca es, antes que contar una historia, abrir una reflexión sobre la vigencia de los valores. También es cierto que el director compensa esta falta de acción con una fotografía bellísima -y no es un eufemismo, es que en este apartado la película es sobresaliente- y unas buenas interpretaciones. La de Noriega, desde luego, la mejor de su carrera a años luz.
Sumando pros y contras, se puede decir que Blackthorn es una muy buena película y un ejemplo de que los cineastas españoles saben tocar con acierto una gran variedad de registros. Es una buena película… que se puede encontrar con un gran problema en la taquilla. Un problema llamado Valor de ley. La película de Mateo Gil prácticamente coincide en la cartelera con el soberbio western de los Coen con el que tiene más de un paralelismo. ¿Tendrá el público español capacidad para disfrutar de un género de los que llaman crepusculares en tan poco tiempo? Esperemos que sí.
Ficha Técnica
- Dirección: Mateo Gil,
- Guion: Miguel Barros,
- Intérpretes: Eduardo Noriega, Sam Shepard, Stephen Rea, Magaly Solier, Nicolaj Coster-Waldau, Padraic Delaney Dominique McElligott,
- Fotografía: J. A. Ruiz Anchía
- Montaje: David Gallart
- Música: Lucio Godoy
- País: España
- Duración: 98 m.
- Público adecuado: +13 años (violencia)
- Distribuidora: Alta
- Estreno: 1.7.2011
Blackthorn. Sin destino, 2011