Bolt

Desde que en 1999 Disney estrenase Tarzán, los éxitos en animación de esta productora han dependido de su alianza con Pixar. Atrás han quedado títulos olvidados como Dinosaurio, El Emperador y sus locuras (2000), Atlantis, el imperio perdido (2001), Hermano Oso (2003) o Escuela de Robinsones (2005), además de un buen número de películas estrenadas directamente en DVD como las segundas partes de El libro de la selva (2003) o Bambi (2006). Con Bolt, Disney vuelve a dar un paso adelante estrenando una película capaz de competir con las mejores producciones de Pixar, Fox o Dreamworks.

Los 10 primeros minutos de Bolt son un verdadero prodigio. Este comienzo absorbe el dinamismo e ingenio de películas como Matrix, Spy Kids o Los Increíbles. Con un tono divertido y sutil, la sátira sobre el negocio televisivo, el mundillo de los agentes y representantes y la obsesión por los índices de audiencia es muy ingeniosa (baste mencionar la broma sobre la cuarta parte de Indiana Jones).

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La animación es sensacional, con una gran expresividad en los animales, una poderosa planificación de las escenas de acción y unos elaborados y vistosos fondos. Por otro lado, el hábil guión de Chris Sanders (que ya mostró su destreza narrativa en Mulan y su sentido del humor en El emperador y sus locuras) incluye momentos de gran emotividad que nunca son sensibleros, gracias a una estructura y a unos conflictos muy bien dispuestos. La música del inglés John Powell (Happy Feet, Kung Fu Panda, Horton) ayuda, aunque a ratos es sosita. Con Bolt, Disney termina muy bien un año en el que otras dos películas, High School Musical 3 (223 millones) y Beverly Hills Chihuahua (122) han funcionado muy bien en la taquilla.