Café de Flore

El canadiense Jean-Marc Vallée rueda una sugerente historia de amor contada a dos voces que se malogra, en parte, por un final incoherente

Café de Flore (2011)

Café de Flore: Vidas cruzadas

No sé si algunos de ustedes recuerda Wilbur se quiere suicidar, la película que Lone Scherfig rodó después de saltar a la fama con su  sorprendente Italiano para principiantes y antes de su extraordinaria An education.

Se trataba de una película muy interesante en su arranque, más aún en su desarrollo… y que se venía abajo por su inexplicable e incoherente final.

Esto mismo es lo que le pasa a Café de Flore, una enigmática historia contada a dos voces por un hombre divorciado y una mujer que cuida a su hijo con síndrome de Down. La cinta establece un sugerente paralelismo entre dos vidas radicalmente distintas pero que se debaten entre la generosidad y el egoísmo, el conflicto entre buscar el bien propio o el de los que te rodean. Y lo hace a través de una estética visual que,  aunque a ratos resulta impostada y artificial (me sobra tanta ensoñación sensual), funciona bien.


El canadiense Jean-Marc Vallée (Crazy, La reina Victoria) cuida la paleta cromática, mima el sonido, alternando el silencio con una cuidada banda sonora (a partir de temas de Sigur Ros, Cure, Led Zeppelin o Pink Floyd) y demuestra ser un buen maestro de actores. Vanesa Paradis borda su papel de madre abnegada (pienso que es la mejor interpretación de su carrera) y Kevin Parent (un conocido cantante canadiense que debuta como actor) resulta convincente como hombre atrapado entre dos tipos de amor, el que siente por la familia que ha formado y abandonado y el que experimenta hacia la mujer con la que comparte su vida.

Hasta aquí todo bien, incluso muy bien… pero cuando llega el momento de cerrar estas historias, que son todo menos fáciles (ni por los temas que abordan ni por el modo de narrar, lento y plenamente subjetivo) la película cambia. La mirada subjetiva se transforma en realismo escéptico, el intenso conflicto se resuelve en dos patadas, hasta el ritmo se acelera. Y una cinta que podría haber sido magnífica casi, casi se malogra. Exactamente lo mismo que le ocurrió a Scherfig en Wilbur…

Lo mejor: El planteamiento de la cinta, las interpretaciones y la música.

Lo peor: El final resulta algo incoherente y acelerado.

 

Ficha Técnica

  • Montaje: Jean-Marc Vallée
  • Fotografía: Pierre Cottereau
  • País: Canadá-Francia
  • Duración: 120 min.
  • Distribuidora: Golem
  • Público adecuado: + 18 años (temática, sexo)
  • Estreno en España: 17 agosto 2012
Suscríbete a la revista FilaSiete

Salir de la versión móvil