Calvary: Compleja, soberbia película
Calvary | En un pequeño pueblo irlandés, el padre James, sacerdote católico, escucha en confesión una amenaza: dentro de siete días van a matarlo.
Calvary es una película soberbia. Disparo a bocajarro por si luego se me olvida decirlo así de claro. La cinta abrió el pasado festival de Gijón, hace ya muchos meses, y sin embargo, tengo grabados el arranque y el final de la película. Y eso me pasa con muy pocos títulos. El final no voy a contarlo, el principio sí.
En un pequeño pueblo irlandés, el padre James, sacerdote católico, escucha en confesión una amenaza: dentro de siete días van a matarlo. El sacerdote no sabe ni quién, ni por qué. Sólo sabe el día: si nada lo remedia, morirá el próximo domingo. Empieza en ese momento un intenso thriller articulado en torno a la relación del padre James con sus numerosos feligreses y vecinos. Cada uno de ellos tiene sus problemas, sus pecados, debilidades y secretos. Algunos, bien conocidos por el sacerdote.
El propio padre James tiene también sus luchas interiores y exteriores, entre las que destaca la difícil relación con su hija que no le ha perdonado su decisión de ordenarse sacerdote después de quedarse viudo.
Calvary es una película sumamente compleja. No es fácil mezclar elementos de thriller policiaco con comedia negra, western crepuscular, drama psicológico y, para rizar el rizo, hacer protagonizar este cocktail a un sacerdote. Y, sin embargo, funciona. En parte, gracias a un guion muy bien ensamblado y de una riqueza apabullante.
Es llamativa la cantidad de temas –algunos de gran calado- que aborda la película. Y eso que la fórmula de desgranar estos temas –a través de las conversaciones del cura con sus parroquianos- es más vieja que la Tana. Un recurso tan manido en toda narrativa –literaria o audiovisual- que, si no se mima, puede pecar de previsible y perezosa. Aquí se mima cada personaje y se ha aquilatado cada línea de diálogo para desplegar la complejidad de situaciones que puede atravesar un ser humano.
Nada es blanco o negro, nada es simple y por eso es una película en cierto modo incómoda, donde no hay buenos y malos nítidamente separados. O donde, mejor dicho, los buenos y malos nunca lo son tanto como esperamos para quedarnos tranquilos juzgándolos desde la butaca.
Un excelente personaje protagonista
Y, dentro de esta complejidad, está el personaje protagonista que es uno de los más ricos que he visto en la pantalla en muchos meses. Gleeson está inmenso en un papel que, confiesa, le ha hecho sufrir bastante “El relato gira en torno a la noción de bondad”, explica el actor. “Vivimos en unos tiempos muy extraños, en los que a la gente le resulta difícil seguir creyendo en héroes. Actualmente, es algo revolucionario pensar en la bondad como en una aspiración”.
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Esta crítica completa se publicó en la revista FilaSiete de marzo 2015, y está recogida en el libro FilaSiete 25 años en 100 películas.
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Ficha Técnica
- Dirección: John Michael McDonagh,
- Guion: John Michael McDonagh,
- Intérpretes: Brendan Gleeson, Chris O'Dowd, Kelly Reilly, Aidan Gillen, Dylan Moran, Isaach de Bankolé,
- Fotografía: Larry Smith
- Montaje: Chris Gill
- Música: Patrick Cassidy
- Duración: 104 min.
- Distribuidora:Fox
- Público adecuado: +18 años (VD)
- Irlanda-Reino Unido, 2014.
- Estreno en España: 6.3.2015