Carlos: Boina, puro, pistola y cartera
Assayas cuenta la historia de Carlos, un asesino a sueldo de grupos y estados terroristas.
Durante 20 años largos, un venezolano llamado Ilich Ramírez Sánchez, alias Carlos, mató a personas y secuestró a gente. Lo mismo se puede decir de otra manera más peliculera, es decir más periodística, en el peor sentido del término: “un revolucionario fashion que puso en evidencia a los servicios secretos de Occidente durante décadas, en una larga partida de ajedrez y bla, bla, bla”.
Olivier Assayas (Las horas del verano) demuestra inteligencia al no mitificar a este sujeto, que desde el año 1994 está en una cárcel francesa y que ha manifestado su desacuerdo con el retrato que de él se hace en la cinta de Assayas. Su acercamiento al terrorismo se parece al que hizo el alemán Uli Edel en RAF. Facción del Ejército Rojo.
Assayas (París, 1955), 13 largos en su haber como realizador, acomete el proyecto como una miniserie de 330 minutos pensada para su emisión en tres capítulos, que tuvo lugar en Francia desde el 19 de mayo de 2010. Con ella ganó el Globo de Oro a la mejor miniserie y el galardón al mejor montaje en los premios de la Academia Europea. El presupuesto es muy alto para ser un producto concebido para la TV: 13 millones de euros.
En España y en otros países se ha montado una versión para cine de dos horas cuarenta. Y el resultado es bueno, pero irregular. De entrada, para contar la historia de Ramírez, con ese metraje y de una sentada, se ha recurrido con una frecuencia cansina al fundido a negro y a un discurso partido, demasiado interrumpido. Hay veces que lo que se cuenta es reiterativo y quizás en la serie eso no ocurra. Desde luego en la película hubieran bastado dos horas, porque el tipo y sus actividades no dan para mucho más. La parte más lograda es la que cuenta el secuestro de los ministros de la OPEP en Viena.
El retrato sincopado de la vida del terrorista no nos ofrece explicaciones del origen del tal Ramírez y de una personalidad, que aunque no se mitifique, queda envuelta en una especie de nebulosa mesiánica; el tipo es un tirano, muchas veces chapucero. En este sentido, esos desnudos del terrorista (apolíneo primero, fondón después) y las secuencias de sexo podrían entenderse como una tentativa de acercamiento al interior de un personaje hermético, quizás demasiado. Assayas mira al personaje y lo que ve en él y en su comportamiento le deja frío. Y se agradece que no caiga en un pueril síndrome de Estocolmo, prisionero de un personaje que le ha consumido muchísimas horas de trabajo (documentación, escritura de guión, rodaje, edición). Dos años de su vida.
Inquieta el brutal terrorismo de estado que se retrata en la película, países que mercadean con mercenarios del terror y usan la valija diplomática… El casting es bueno y el venezolano de 34 años, Edgar Ramírez, se revela como una muy buena elección para interpretar al terrorista. Las localizaciones y el uso de varios idiomas dan verismo y un tono muy adecuado a la historia.
En junio se emitirá en España en un canal de televisión, en tres capítulos, en su versión íntegra.
Ficha Técnica
- Dirección: Olivier Assayas,
- Guion: Olivier Assayas, Dan Franck,
- Intérpretes: Alexander Scheer, Édgar Ramírez, Christoph Bach, Nora von Waldstätten, Ahmad Kaabour, Rodney El-Haddad, Julia Hummer,
- Fotografía: Yorick Le Saux, Denis Lenoir
- Montaje: Luc Barnier, Marion Monnier
- País: Francia/Alemania
- Duración: 165 m.
- Público adecuado: +18 años (violencia, sexo crudo)
- Distribuidora: Alta
- Estreno: 15.4.2011
Carlos, 2010