Catalunya über alles!

Catalunya über alles!: El pecado de ser inmigrante en Cataluña

La película de Ramón Térmens no pasa de ser una obra con destellos de buen cine. 

Hay directores de cine nacidos para hacer su­frir al espectador con argumentos tortuosos. Ramón Térmens parece ser uno de ellos. Si en Negro Buenos Aires (2009) se aden­traba en el mundo corrupto de la clase al­ta argentina, en Catalunya über alles! des­cribe la vida dura del inmigrante en la Ca­taluña interior.

Esta vez, la historia se cuenta desde tres óp­ticas distintas: un ex presidiario, un inmi­gran­te en paro y un empresario de éxito. Aun­que la estructura narrativa entrelaza bien las tres historias, el ritmo decae en varios momentos debido a las truculentas y ex­ce­sivamente largas escenas sexuales, y al re­dun­dante fatalismo de la vida de los perso­na­jes (algo que ya sucedía en el guión que es­cribió para la película Trash del direc­tor Car­les Torras). En ese tono monocorde, se ven claras reminiscencias del cine de Gon­zá­lez Iñárritu (Amores perros, Biutiful).

En lo que se refiere a la fuerza visual, Tér­mens se muestra más hábil, aprovechan­do un actor muy creíble como Joel Joan, con una cámara en aparente desequi­li­brio y un montaje que deja tiempo a los ges­tos y el eco de las palabras (muy al esti­lo de películas como Traffic, de Steven So­derbergh, o las recientes Frozen river o Win­ter’s bone).

Estas virtudes quedan oscurecidas por el evi­dente y simplista tono pedagógico de la pe­lícula, que hace que sea una obra sin un dis­curso de altura. Los personajes no tienen los matices necesarios para que el espectador se sienta identificado. La cinta aca­ba de re­cibir el VII Premio Ciudad de San Se­bas­tián Film Commission en el marco del Fes­ti­val.