Cenizas y pólvora: El salvaje Este

En 1994, con Before the rain, el macedonio Milcho Manchevski obtuvo el León de Oro en Venecia y magníficas críticas. Cenizas y pólvora había creado cierta expectación por saber por dónde tiraría este acreditado profesional de la publicidad, afincado en Nueva York. Con un buen reparto y bastantes medios. Manchevski ha apostado por narrar fragmentariamente una historia trágica, algo así como un drama griego de diseño, con ínfulas vanguardistas y vocación alegórica, anegado -faltaría más- de sangre y sexo, en varios tramos.

A finales del siglo XIX, en el oeste americano, dos hermanos se enamoran de la misma mujer, una prostituta. El mayor se marcha a Macedonia, donde se gana la vida como mercenario, gracias a su habilidad con el revólver. Cien años más tarde, en Nueva York, una anciana emparentada con los hermanos obliga a un atracador a escuchar la historia de sus ancestros.

La sombra de Peckinpah planea sobre este barroco eastern, en el que turcos y macedonios se aplican con mucha parafernalia visual a la pedestre tarea de hacerse pedazos. Manchevski, quizás no recuperado de su último spot, parece enloquecer ante la perspectiva del lucimiento estético que se adivina en la contraposición clásica entre la urbe moderna y el desolado agro balcánico sometido al implacable yugo otomano.

En el original y magnífico arranque, brillan Rosemarie Murphy (la vecina Maudie de Matar a un ruiseñor) y Adrian Lester (Trabajos de amor perdidos) en sus caracterizaciones de la anciana aguerrida y del histérico atracador negro. El despliegue de talento visual en la planificación y la puesta en escena (las panorámicas de Nueva York son muy originales y algunas secuencias bélicas están muy bien rodadas) no consiguen esconder una evidencia, que cae por su peso, transcurridos los primeros 60 minutos de película: la historia es pobre, el guión desborda artificio y pide a gritos menos cubismo, menos deconstructivismo narrativo (flashbacks, excursiones oníricas, insertos en blanco y negro, filtros) y más sustancia en los personajes, que no son sino marionetas con cara y actitudes de anuncio caro de multinacional forrada.

Ficha Técnica

  • País: Macedonia (Dust, 2001)
  • Fotografía: Barry Ackroyd
  • Montaje: Nic Gaster
  • Música: Kiril Dzajkovski
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