Che: El argentino | Che, prima puntata

Desde que Soderbergh y Del Toro trabajaron juntos en la oscarizada Traffic (2000), el proyecto de hacer la gran película sobre el Che Guevara había sido una ilusión compartida. Del Toro (portoriqueño) y Soderbergh (una de las estrellas del cine independiente nortemericano) ansiaban la fascinación por contar la historia del «mito de la camiseta».

Para ello han contado con un guión de Peter Buchman basado fundamentalmente en los textos íntegros del Che Guevara en «Pasajes de la Guerra Revolucionario» o en sus intervenciones públicas en la ONU y en algunas entrevistas concedidas en Estados Unidos. En principio, el guión comenzaba con el Golpe de Estado en 1959, pero ni a Soderbergh ni a Del Toro les parecía suficiente un retrato del Che en el que no se explicasen el tiempo precedente a la Revolución. Por este motivo decidieron hacer dos películas; la primera (El argentino) desde el encuentro inicial del Che y Fidel Castro el 13 de julio de 1955 en México hasta poco antes del Golpe de Estado en Cuba, y la segunda (La guerrilla), desde su entrada en La Habana hasta su misteriosa muerte.

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«El Che es una clara imagen del idealismo y la rebelión juvenil, ambos, en mi opinión, valores eternos e intemporales. No estamos interesados en la situación política actual de Cuba. Somos cineastas que realizan una película acerca de un periodo de tiempo específico, desde el punto de vista del Che».

Palabras de Soderbergh que reflejan el contenido de una película, que desde el primer minuto, observa la realidad desde una óptica clara. Todo lo vemos desde los ojos del Che, del Che de Buchman. Bien es verdad que Soderbergh es bastante más hábil que Oliver Stone (recuerden su embelesado retrato de Fidel Castro en Comandante) y acierta con un tono distanciado, una selección de actores latinos con una dicción cubana inmejorable y un Benicio Del Toro en estado de gracia. De esta manera maquilla una hagiografía (no hay ni medio matiz controvertido en el comportamiento del protagonista) con un estilo sobrio y generoso en la recreación de lugares históricos, que hace que uno se meta fácilmente en el ambiente revolucionario.

Desgraciadamente, la película es narrativamente muy redundante. El guión abusa de las frases literales del Che y de los continuos combates de guerrilla que aportan muy poco al desarrollo dramático de la historia y de los personajes. De esta manera queda una película bien filmada, brillantemente producida e interpretada, aburrida y previsible.

Ficha Técnica

  • EE.UU., 2008
  • Peter Andrews
  • Pablo Zumárraga
  • Alberto Iglesias
  • Fox
  • 131 minutos
  • Adultos
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