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Ciudad de asfalto

Áspera, amarga y desabrida película sobre la dureza del trabajo en una ambulancia

Ciudad de asfalto (2023)

Ciudad de asfalto: Viaje a ninguna parte

· Crítica de Ciudad de asfalto | Estreno 10 de enero de 2025.
· Si el propósito de esta cinta era mostrar la dureza del trabajo médico y plantear preguntas importantes, sólo lo consigue a medias.

La acción transcurre en Nueva York, principalmente de noche, principalmente en las zonas más deprimidas y deprimentes: drogas, peleas… Ollie Cross es un joven «paramédico» novato que recorre las calles de la ciudad de noche, en una ambulancia, mientras prepara el examen de acceso a la Facultad de Medicina: quiere ser médico de verdad. Su compañero de trabajo y mentor es Gene Rutovsky, veterano de la profesión, cínico y un fracaso en su vida personal. Él le dará las pautas para sobrevivir al caos diario, a la vez que le hace perder la fe en la profesión.

Jean-Stéphane Sauvaire (Los niños soldado) dirige con habilidad una deprimente película, basada en una novela de Shannon Burke. La historia es episódica: trayectos en ambulancia que podrían haberse dado todos en la misma noche, o en la misma semana, o a lo largo de varios años. Una situación repetitiva, sin salida. Al menos para Rutovsky; mientras que Ollie considera que se trata de una situación pasajera de la que saldrá cuando entre en la universidad, él todavía espera. Al mismo tiempo, Ciudad de asfalto se presenta con la estructura canónica del viejo maestro y joven aprendiz en el camino de la vida. En este caso, el maestro es un resabiado que transmite amargura en un contexto lamentable y la película muestra a las claras cómo la ciudad, la noche, el trabajo y su compañero, afectan al joven en su particular viaje iniciático.

Las situaciones, con una única excepción, son crudas, durísimas y desagradables: heridos que insultan al que viene a ayudarles, o les amenazan o denuncian. Uno y otro se preguntan si vale la pena. En el caso de Rut, ya ha encontrado una respuesta y se propone abrir los ojos al joven que, a pesar de todo, le cae bien. Ollie, por su parte, tiene problemas para abrir los ojos; el este de Nueva York y Brownsville es muy distinto de su Oklahoma natal. Se hunde.

Si el propósito de esta cinta era mostrar la dureza del trabajo médico y plantear preguntas importantes, sólo lo consigue a medias. La película es decisivamente simplificadora y maniquea. Todo es oscuro o negro, también visualmente, y la única luz que brilla es la estroboscópica de la ambulancia o de la policía, que terminan por enloquecer.

La cámara sigue de cerca a Ollie y a Rutkovsky, el espectador participa de la acción, comprende a sus protagonistas… y se da cuenta de la trampa. Jean-Stéphane Sauvaire no propone nada, los únicos símbolos de esperanza son algunas muestras aisladas de iconografía cristiana, casi ocultas, que no transmiten nada. Claramente le ha faltado desarrollar los temas más delicados y se ha limitado a dar un bofetón al espectador con una buena puesta en escena y dos buenos actores. Tye Sheridan y Sean Penn.

Hiperrealista y duro, al viejo estilo, pero con una lamentable falta de equilibrio.

Ficha Técnica

  • Fotografía: David Ungaro
  • Montaje: Saar Klein, Katie Mcquerrey
  • Música: Nicolas Becker, Quentin Sirjacq
  • Duración: 124 min.
  • Público adecuado: +18 años (VX)
  • Distribuidora: Vértice
  • EE.UU. (Asphalt City), 2023
  • Estreno: 10.1.2025
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Reseña
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Historiador y filólogo. Miembro del Círculo de Escritores Cinematográficos. Ha estudiado las relaciones entre cine y literatura. Es autor de “Introducción a Shakespeare a través del cine” y coautor de una decena de libros sobre cine.
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