Clouds

Clouds: Hacer feliz a los demás

· Clouds: Conviene decir que Justin Baldoni ya había realizado un breve documental sobre Zach Sobiech, y conviene recordar también que su película anterior, A dos metros de ti, dejó bien claro su gusto por los dramas sensibles.

Clouds, título de una canción de Zach Sobiech -adolescente con talento y aspiraciones musicales-, cuenta su último año de vida, tras serle diagnosticado un osteosarcoma. La película, basada en un libro que escribió la madre de Zach, cuenta cómo consiguió llenar de sentido ese único año que tenía por delante, componiendo, ocupándose de su familia y de sus amigos y amigas.

Clouds es una de esas películas llamadas «inspiradoras». Muy al principio, en el instituto, los alumnos se enfrentan a una pregunta académica: «dime qué piensas hacer con tu vida». Para Zach la pregunta tiene un sentido muy preciso: ¿cómo condensar tus sueños en unos pocos meses? Lo cierto es que logró hacer mucho.

Conviene decir que Justin Baldoni ya había realizado un breve documental sobre Zach Sobiech, y conviene recordar también que su película anterior, A dos metros de ti, dejó bien claro su gusto por los dramas sensibles. Clouds es un ejercicio de equilibrio entre lo sublime y lo lacrimógeno, y sale bien parada casi todo el tiempo, principalmente porque no pierde el norte y porque el reparto funciona muy bien. Fin Argus (Zach) encarna a un adolescente lleno de encanto que es plenamente consciente de su situación, cuenta con el apoyo de su familia y de sus amigos, muy particularmente de Sammy, compañera de infancia y también músico aficionada, interpretada por Sabrina Carpenter. No faltan los momentos dulzones, algunos exagerados, en particular su desconcertante noviazgo, pero la realidad se impone. Solo en el tramo final Baldoni se decanta por un show tradicional y deja que el público llore a sus anchas.

Kara Holden, principal guionista, ha diseñado una trama muy simple; Neve Campbell y Tom Everett Scott (La la land), como padres de Zach, suplen las carencias y dan profundidad a una familia normal, con sus problemas, y sus luchas por superarlos. También ha evitado dar un discurso religioso en la línea del llamado cine cristiano; pero, aunque no se ve a nadie rezar, no faltan símbolos religiosos en los momentos adecuados. Se ha querido centrar en un mensaje aceptable por todos, que dejó escrito el protagonista: «quiero hacer felices a los que me rodean el tiempo que me queda», que tiene más trascendencia de lo que parece.