Comanchería

Comanchería: Hipoteca o revienta

· Las dos parejas protagonistas (los hermanos atracadores y los Rangers que los persiguen) están excelentemente construidas y hay diálogos formidables.

Llega Comanchería (Hell and High Water) a los cines españoles en la última semana de un año que ha terminado con muy buenas películas. Taylor Sheridan, guionista de Sicario, escribe la historia de dos hermanos que atracan bancos en Texas en una suerte peculiar de asociación criminal. El escocés David Mackenzie dirige de menos a más: anodino, sin ritmo y espeso en el primer acto, mejora en el segundo y lo borda en el tercero.

Con el director Peter Berg (El único superviviente, Marea negra) como productor, la película esconde tras su apariencia de convencional cine de género (atracadores trágicos perseguidos por policías tenaces) un discurso profundo y poderoso sobre la pobreza material y moral de la América árida.

Las dos parejas protagonistas (los hermanos atracadores y los Rangers que los persiguen) están excelentemente construidas y hay diálogos formidables. Los problemas de tempo se deben a un guion que carbura tarde y se estanca con la música empalagosa e inoportuna de Nick Cave y Warren Ellis. Pero la sorpresa es que a los 60 minutos la película salta y se queda a un nivel muy alto, atrapando los cinco sentidos del espectador hasta el final, recordando el poderío narrativo del mejor Cormac McCarthy. Los cuatro actores protagonistas se lucen en una película notable. Con un director de más talento, podría haber sido excelente.

Estaremos pendientes de Soldado, la continuación de Sicario que ruedan Josh Brolin y Benicio del Toro con guion de Sheridan, que se estrena como director con Wind River, un thriller con Jeremy Renner y Elizabeth Olsen, agentes del FBI que investigan un crimen en una reserva india.