Contra la pared: Luciérnagas cegadas

Esta película viene avalada por el Oso de Oro en Berlín. Y la Fipresci la ha ca­lificado como la mejor película del año; pero, en fin. En el cine, la gente tirada no lo parece tanto. El director permite a la di­rección artística caer, sí, caer, en un esteticismo falseador. A pesar de que esta película dice militar en el neo-realismo turco (llamado así por ciertos directores turcos).

En una novela, la gente tirada que se ve es gente tirada de verdad.

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Quizá la tremenda película de Fatih Akin no sea el sujeto más merecedor de este comentario, pero no es injusto decírselo. Junto a eso, él -y otros directores aun más que él- aglomera clubs nocturnos, luces de colores, bailes melancólicos y desesperados, banda sonora con música estentórea, vagos e irresponsables, borrachos, drogadictos, camas furiosas.

Acu­mu­la, amontona y sobrecarga, ¿qui­zá porque no hay más en esa gente tirada, y ese es su mundo interior? (valga la iro­nía). Di­ría que no -sino que es una concesión a lo fácil y chafallón-, porque tras casi una ho­ra (la película tiene dos) de ver a seres hu­manos a cuatro patas (otra ironía) que hablan a voz en grito, resulta que al fin muestran -lo parece- amor. ¡Oh, cielos! Is that possible? Yes, of course.

Todo ese ámbito de luciérnagas borrachas y desesperadas era L’America de una mal so­ñada libertad, de una libertad fingida que les encadena. Huían del olor a berza cocida (tercera ironía y no hago más), de las zapatillas de cuadros agujereadas, de la vida ordinaria, del trabajo ordenado, de la familia honrada. Y al surgir la flor blanca del amor en el estercolero (¡oh, perdón, no he podido remediarlo!) unos y otros la reconocen. Unos la siguen, fieles; y otros naufragan, les hunde el peso que no dejan (la droga, la múltiple cama furiosa, etc.), y traicionan, y acaban sin ale­gría, envueltos en olor a berza de una vida ordinaria sin alegría (lo he repetido a pro­pó­sito) porque su vida es ahora un apaño de plás­tico que acaba contra la pared. No invento nada. Esa es la película Contra la pared.

Sólo he evitado el argumento. A las objeciones iniciales -a ese exceso- añado pa­ra la segunda parte su eficacia narrativa, su ritmo acechante y captador, su fuerza dramática, sus imágenes y rostros expresivos de una tragedia, sí, anunciada porque buscada, como la de esas mariposillas de la noche que, cegadas, acaban chamuscadas y muertas contra una bombilla encendida. Terrible y fuerte, aplas­tante. Un discurso moral sin lección. ¿Me­jor película del año? No lo sé, pero buena. Fatih Akin tiene 31 años, y es hamburgués y turco; y a sus espaldas lleva dos cortos, un documental y, además de este, tres largometrajes.

Ficha Técnica

  • Fotografía: Rainer Klausmann
  • Montaje: Andrew Bird
  • Música: Klaus Maeck
  • País: Alemania
  • Año: 2004
  • Distribuidora: Golem
  • Estreno en España: 26.11.2004

Contra la pared (Gegen Die Wand)

 

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