Corazón rebelde: Jeff Bridges, rumbo al Oscar
Si el año pasado fuimos testigos de la decadencia de un luchador de lucha libre de la mano de Mickey Rourke, este año nos toca presenciar la de un cantante de country a través de Jeff Bridges. El luchador y Corazón rebelde guardan muchas semejanzas, pero sin duda la más destacable es que ambas nos brindan las dos mejores actuaciones masculinas del último bienio. Rourke estaba absolutamente colosal en la película de Darren Aronofsky, y Sean Penn le birló el Oscar injustamente. El mismo calificativo merece esta actuación de Jeff Bridges, al que le deseamos mejor suerte para que se lleve el máximo premio en la próxima ceremonia de entrega de las estatuillas doradas, porque sin duda la merece. Le han nominado cuatro veces sin éxito (La última película, Un botín de 500.000 dólares, Starman, Candidata al poder) y ya le toca. De momento se ha llevado el Globo de Oro.
Bad Blake (Bridges) es un alcohólico de 57 años con cuatro divorcios a la espalda que una vez fue estrella del country, pero que ahora se gana la vida como puede actuando en bares de carretera. Sin familia y sin incentivos, Blake vaga por la América profunda hasta que tropieza con Jean Craddock (Maggie Gyllenhaal), una periodista que parece querer sólo contar su historia pero que se convierte en el catalizador que cambia su existencia.
El argumento del filme no rezuma originalidad precisamente, y el director novel Scott Cooper no puede evitar dejarse llevar varias veces por el ‘abc’ del cine independiente, presentando situaciones y conflictos explotados muchas veces de una manera poco innovadora. Hay sin embargo unos cuantos momentos de guión, especialmente los que recogen los primeros encuentros entre el cantante y la periodista, que brillan con luz propia, y también se puede decir que hay un tono general de honestidad en la narración.
La gran virtud de la película, no obstante, es la manera en la que Cooper dispone el tapete para que se puedan lucir sus actores. Se nota que él mismo ha tenido una dilatada experiencia delante de las cámaras. De esta forma, Colin Farrell, en el papel del discípulo con éxito de Bad Blake, ofrece unos registros primorosos inéditos en él. Maggie Gyllenhaal, por su parte, deslumbra y hace creíble un personaje bastante difícil de interpretar, y además podemos ver al Robert Duvall más motivado en años encarnando al amigo fiel del cantante. Aunque el plato fuerte sin duda es Jeff Bridges. La manera en la que ‘desaparece’ para fundirse en su personaje desafía a todos los apologetas del método Stanislavsky. El grado de naturalidad que alcanza metiéndose en la piel de Blake, sin recurrir a un solo exceso ni manierismo, es casi irreal. Da igual que esté cantando (que lo hace muy bien, por cierto) que emborrachándose. El crítico Roger Ebert dice que su actuación es “tan clara como el agua que fluye por un río”, y no se me ocurre mejor manera para describirla.
Otro aspecto fundamental que funciona muy bien en la película es el tema de las canciones. Todas han sido compuestas originalmente por T-Bone Burnett y Stephen Bruton y rayan a un nivel excelente. Y lo que es más importante: casan a la perfección con el tono del filme y las voces de Bridges y Farrell. Destaca entre ellas The weary kind, una preciosa balada que se ha llevado el Globo de Oro a la mejor canción.
▲ Todos los actores, y Jeff Bridges de manera muy especial.
▼ Cae en demasiados clichés propios del cine independiente.
Ficha Técnica
- Dirección: Scott Cooper,
- Guion: Scott Cooper,
- Intérpretes: Jeff Bridges, Maggie Gyllenhaal, Robert Duvall, Tom Bower, James Keane, William Marquez, Ryan Bingham, Paul Herman,
- EE.UU. (Crazy Heart, 2009)
- Barry Markowitz
- John Axelrad
- Stephen Bruton, T-Bone Burnett
- Fox
- 112 minutos
- Jóvenes-adultos