Kafenio Kastello: Resistencia

· La estética de Kafenio Kastello, muy sombría, delata la oscuri­dad de las vidas de los que subsisten soñando con la lle­gada de algo distinto.

La pieza nos sitúa en la Atenas actual, una ciudad de­solada y sitiada por la miseria, donde la terrible crisis eco­nómica se ha cobrado una factura muy alta, la de la frac­tura social.

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Kafenio Kastello (2018), de Miguel Ángel Jiménez, re­trata a estas personas abandonadas a su desgracia, aun­que entre tanta podredumbre y destrucción todavía les quedan razones para seguir viviendo: la resistencia co­mo acto cívico. La unión de los que viven acuciados por el desmoronamiento de un país y de su capital, Atenas, el origen de todo. El cineasta sigue a este grupo de hom­bres abatidos: «ya no tenemos conciencia, no respiramos juntos», afirma enérgico uno de ellos.

La cámara de Jiménez desciende a ese territorio don­de la penuria exhibe su desazón y se aposenta en el suelo de la indecencia, acompañando en su tétrico tra­yecto a los que no pueden levantarse, como una anciana, que confiesa amargamente entre llantos: «ya no quiero a nadie».

Miguel Ángel Jiménez realiza su primer corto en 2001, con la inestimable ayuda de Aki Kaurismäki, cu­ya huella fílmica se siente en este trabajo, y en 2008 di­rige Días de abanico, debutando un año después en el lar­gometraje con Ori.

La estética de la cinta muy sombría delata la oscuri­dad de las vidas de los que subsisten soñando con la lle­gada de algo distinto. La fotografía del propio director apre­hende lumínicamente el tenebrismo de una realidad so­cial en la que los más débiles son lapidados. Entre tan­ta agonía, la obra propone un cierto optimismo, que ya es mucho.

Kafenio Kastello muestra pinceladas de marcado simbolismo: ese primer plano del vaso que es acometido por la gota avisa de que algo se mueve contra aquellos que empujan a estos humillados al exilio de la propia vi­da. Aunque también el cineasta deja otros momentos hermo­sos y emotivos, como el plano, filmado a través del cris­tal, que captura la tertulia y el debate, en el que se perfilan dos aristas representativas: una, audiovisual, en la que la ventana asemeja una pantalla que transmi­te información al espectador y la otra, histórica, en la que se nos muestra la Atenas clásica y la democracia par­ticipativa.

Miguel Ángel Jiménez deja una mirada devastadora y crítica hacia los causantes de esta sempiterna crisis pe­ro, al mismo tiempo, atisba otra tierna y esperanzado­ra hacia ese grupo de despojados, quienes en un acto de dig­nidad claman por la salvación de sus vidas.

Ficha Técnica

  • Música: Miguel Ángel Jiménez
  • Montaje: Demetrio Elorz
  • Sonido: Iosu González
  • Producción: M. Á. Jiménez, Gorka Gómez Andreu
  • Duración: 19 min.
  • Público adecuado: +16 años
  • Productora: Kinoskopik Film Production
  • Distribuidora: Kimuak
  • España, 2018
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