Woody&Woody, de Jaume Carrió: Homenaje

· El dibujo, suelto y ágil, se mueve casi a ritmo de jazz en Woody&Woody, un guiño al homenajeado, ya que no olvidemos que el di­rector judío toca en una banda de jazz y siente pasión por esta música.

La figura de Woody Allen está siendo objeto de con­tro­versia durante los últimos meses. Laura Gost, guionista de Woody&Woody (2017), señala que la única pretensión de este cortometraje, dirigido por Jaume Ca­rrió, es la de rendir tributo a un cineasta importante en la historia del cine, cuya obra nos acompaña desde ha­ce más de 50 años. Hay que tener en cuenta que este tra­bajo comenzó a desarrollarse hace tres años y, por tan­to, cualquier oportunismo está lejos de su concepción artística.

Jaume Carrió debuta con Caragol treu banya (2009), una cinta que destila una potencia visual muy atrayente. También co-dirige junto a Luis Ordaz el documental La pintora sense rostre (2012), que retrata la vida y obra de la artista Pilar Martínez.

Woody&Woody, basada en la pieza teatral homónima de Laura Gost y realizada en 2D, se erige en un emo­tivo y a la vez entretenido homenaje al cineasta de Brooklyn. Homenaje que se hace extensivo a Joan Pe­ra, el doblador oficial de Allen en nuestro país quien, ade­más, colabora en este corto que se acerca al universo del cineasta estadounidense con un curioso diálogo entre un Woody cuarentón y otro octogenario. A modo de es­pejo se narra, con excelente caligrafía, el catálogo de las preocupaciones existenciales que ha dejado en sus películas.

El dibujo, suelto y ágil, se mueve casi a ritmo de jazz, un guiño al homenajeado, ya que no olvidemos que el di­rector judío toca en una banda de jazz y siente pasión por esta música. Los más de 8.000 fotogramas empleados para dar vida a esta animación indican el largo y cos­toso proceso creativo llevado a cabo: es animación y sue­le ocurrir esto.

Carrió nos ofrece una pieza en la que se instalan los calificativos que definen la personalidad de Woody Allen: neurótico, hipocondríaco, genial, irónico, divertido y obsesivo, y que hablan de la trayectoria de un ci­neasta que traslada su mundo personal a la inventiva fíl­mica.

En ese espejo imaginario al que me refería se perci­be que, a pesar del paso del tiempo, las inquietudes per­sis­ten. En resumen, esta obra animada es un certero homenaje al séptimo arte, representado de forma destacada por un maestro, Woody Allen.

Ficha Técnica

  • Fotografía: Edu Biurrun
  • Montaje: J. Carrió, Adri Bonsai
  • Música: Miguel Ángel Aguiló
  • Sonido: Rubén Pérez
  • Animación: A. Bonsai, Tomeu Molet
  • Duración: 19 min.
  • Público adecuado: +18 años
  • Productoras: Tomavistes, CEF Escuela de Imagen y Sonido
  • España, 2017
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