Cosmópolis

Cosmópolis

Cosmópolis: Agotadora

Cosmópolis: Cronenberg adapta la novela de Tom DeLillo sobre un capitalista en una limusina. El director de Promesas del este hace algo por desgracia frecuente en su filmografía, un corto alargado.
La historia (la novela no lo sé, ni lo sabré porque probé DeLillo y salí corriendo ante tanta pedantería solemne con ínfulas de oráculo de Occidente con veraneos en Oriente) da para poco, a menos que consideres algo encadenar diálogos interminables en los que un escritor parlotea por boca de un pelele, que es eso y nada más que eso, un pelele.
Cuando Javier Cercas reseñaba la novela en Aceprensa, comenzaba de una manera que me parece muy atinada: «Enfrentarse con un libro de Don DeLillo (Nueva York, 1936) puede ser desconcertante. Su prestigio inclina a situarle entre los genios antes que entre los charlatanes, pero no resulta fácil justificar ese crédito. Los personajes (estrafalarios), situaciones (inverosímiles) y diálogos (demenciales) de esta surrealista novela llenan de confusión al lector, que no termina de ver la lógica interna y el propósito final. Se vislumbra la crítica a algunas consecuencias de la opulencia norteamericana, opulencia científica, económica y de información: ausencia de límites morales, colonización comercial, aburrimiento y búsqueda de nuevas sensaciones».
Cronenberg ha puesto imagen y sonido a la novela. 108 minutos son muchos minutos. Hay 10 o 15 que están bien. El resto, agotador; con una obscena, sórdida y gratuita violencia, que en su reiteración huele a podrido. A anzuelo facilón, exactamente: de pescador furtivo en  piscifactoría.

 

Ficha Técnica

  •  Peter Suschitzky
  •  Howard Shore
  •  Canadá/ Francia
  • Año: 2012
  •  Vértigo
  •  108 minutos
  •  Mayores de 18 años (Sexo, violencia, lenguaje crudos)
  • Estreno: 11/10/2012

 

Suscríbete a la revista FilaSiete

Salir de la versión móvil