Glass (Cristal)

Shyamalan cierra bien su historia, que sigue sin despertar gran interés, demostrando que todavía tiene carrera por delante

Glass (Cristal)

Shyamalan y sus fantasmas

· La primera parte de Glass es muy fina, el enfrentamiento de David Dunn y Kevin Wendell está rodado de maravilla, favorece los planos secuencia, y la banda sonora es un personaje más.

David Dunn, el irrompible encapuchado vigilante que hace casi veinte años protagonizó El protegido, sigue protegiendo a sus conciudadanos y se ha propuesto capturar a la bestia, una de las múltiples personalidades de aquel loco que protagonizó Múltiple, sicópata que se dedica a secuestrar cheerleaders. Ambos acabarán en un siquiátrico, bajo los focos de la doctora Staple, empeñada en convencerles de que no son super-héroes y de que sus reacciones se pueden explicar naturalmente. En ese hospital también se encuentra Elia Price, el señor Cristal, y nada es lo que parece.

A estas alturas solo hay que hacer un par de consideraciones sobre esta película. La más interesante sería una recuperación clara de la estrella de Shyamalan que tocó fondo con Airbender y After Earth y, tras su paso por televisión, relanzó su carrera con La visita, una película de aspecto sencillo y que es un volver a las esencias. Múltiple y ahora Glass suponen volver a la cresta de la ola.


La primera parte de Glass es muy fina, el enfrentamiento de David Dunn y Kevin Wendell está rodado de maravilla, favorece los planos secuencia, y la banda sonora es un personaje más. Después la película cambia de carácter, Shyamalan mantiene el suspense -es un genio a la hora de crear y mantener tensión-, y cuenta con tres grandes actores para ayudarle: el impasible Samuel L. Jackson, un Bruce Willis que, tras años dedicándose a parodiar al héroe de acción, vuelve a actuar de verdad, y un James McAvoy que da el espectáculo al cambiar de personalidad varias veces por minuto -un desafío al sistema nervioso del actor, y del público-. Pero la historia, con su prevista sorpresa final, adolece del  mismo problema que El protegido. ¿Interesa tanto? ¿Había que cerrar esa historia?

Shyamalan es un gran guionista, pero aquí se ha preocupado de terminar de una forma coherente los tenues hilos que hicieron de El protegido una buena broma, y aquí suelta un escobazo similar a propósito de super-héroes. Cierra bien la historia, pero sigue sin despertar gran interés. Eso sí, ha demostrado que todavía tiene carrera por delante y eso para el cine y para sus fans es una buena noticia.

Ficha Técnica

  • Fotografía: Mike Gioulakis
  • Montaje: Luke Ciarrocchi, Blu Murray
  • Música: West Dylan Thordson
  • Duración: 129 min.
  • Público adecuado: +12 años (V)
  • Distribuidora: Buena Vista
  • EE.UU. (Glass), 2019
  • Estreno: 18.1.2019
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Reseña
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Historiador y filólogo. Miembro del Círculo de Escritores Cinematográficos. Ha estudiado las relaciones entre cine y literatura. Es autor de “Introducción a Shakespeare a través del cine” y coautor de una decena de libros sobre cine.
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