Cry Macho

Cry Macho: Eastwood puro

· Crítica de Cry Macho | Estreno 24 de septiembre de 2021.
· Último concierto de un Eastwood conmovedor y magistral.

Un anciano en un rancho de Texas, 1979. Milo fue una estrella del rodeo y sabe mucho de caballos, pero su alcoholismo le ha destrozado. Su jefe de muchos años, Howard, le dice que se marche: está harto de sus borracheras. Al cabo del tiempo, Howard pide a Milo que vaya a México y traiga a su hijo adolescente. Howard le recuerda a Milo lo mucho que le ha aguantado y le invita a devolverle el favor. Milo acepta.

El guion de Nick Schenk vuelve a parecer inicialmente, como ya ocurrió en la extraordinaria Gran Torino, un libreto más apropiado para una TV movie que para un largo. Pero con las historias de Schenk, Eastwood hace maravillas como director y actor: Gran Torino es una película inmensa.

Ahora entrega Cry Macho, una obra bellísima, irregular, pero bellísima. Es una película que compendia el momento vital y profesional de un maestro de enorme prestigio que se asoma a la tumba, cumplidos los 91 años.

Hay momentos de la película en las que dan ganas de ponerse en pie y aplaudir (madre mía… esa llegada a dormir en el santuario de la Virgen… los diálogos en inglés y castellano con Marta, la viuda mexicana, con Rafo traduciendo, son un hallazgo dramático maravilloso) a un cineasta sublime. Eastwood maneja el tempo cinematográfico con una sabiduría que conmueve hasta el hueso. Ciertamente la película no tiene la construcción sublime de Gran Torino, pero esta historia será recordada como la despedida monumental de un genio en la que hay emoción, ternura, sabiduría y un talento cinematográfico descomunal.

Cry Macho se antoja imprescindible para los expertos en el director norteamericano, por lo que tiene de compendio, de despedida. No conozco a ningún director-actor de 91 años que haya hecho una película así, la verdad.

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