Dallas Buyers Club: Salvada por los actores
McConaughey compone un retrato nervioso, obstinado y bronco de este superviviente que logró mantenerse sobre el toro bravo del SIDA más de 6 años
Hay actores que engrandecen las películas en las que participan. Sin Matthew McConaughey y Jared Leto, Dallas Buyers Club sería un largometraje más sobre el SIDA, un biopic lineal basado en un reportaje periodístico, sin sobresaltos narrativos, con un personaje interesante y una temática de adhesión infalible.
El guión llevaba dando vueltas desde que en 1992, poco antes de la muerte de Ron Woodroof -tejano cowboy de rodeo, drogadicto y mujeriego al que diagnosticaron SIDA en 1986, sobre cuya lucha contrarreloj se basa la película-, Craig Borten lo entrevistara y escribiera hasta diez borradores de lo que iba a ser, según sus previsiones, una película de éxito.
La falta de financiación impidió que el filme viera la luz hasta ahora. En estos más de veinte años ha pasado por las manos de varios directores (Dennis Hopper, Marc Forster, Craig Gillespie) y actores (Woody Harrelson, Brad Pitt, Ryan Gosling) hasta llegar a un casi desconocido Jean-Marc Vallée (La reina Victoria, Café de Flore) y al discordante y eficaz dúo McConaughey–Leto, que le han dado vida. A Borten se le unió en la escritura Melisa Wallack (Blancanieves, mirror mirror), pero ninguno de los dos son guionistas de trayectoria y se nota en la falta de originalidad narrativa, aunque es de agradecer que no hayan compuesto un relato especialmente sentimental y didáctico de la epopeya de Woodroof. Si en algo destaca el libreto es en los diálogos entre los personajes principales.
Dallas Buyers Club arranca con unos breves y «elocuentes» planos de presentación del excesivo personaje de Woodroof y su régimen de vida promiscuo y temerario, para entrar sin paliativos en el drama de una sentencia de muerte en el plazo de un mes tras contagiarse de la estigmatizante y entonces desconocida enfermedad del SIDA.
Tras aceptar la situación, en lugar de dedicarse a poner sus papeles en orden y prepararse para dejar este mundo en paz, Woodroof emprende una batalla campal contra la FDA (Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos) y la industria farmacéutica para conseguir fármacos retrovirales alternativos al AZT que mejoren la calidad de vida. Al tiempo, no acaba de abandonar el ambiente de drogas y prostitución en el que se ha movido peligrosamente, del que la película da cuenta detallada. McConaughey compone un retrato nervioso, obstinado y bronco de este superviviente, héroe y antihéroe a la vez, que logró mantenerse sobre el toro bravo del SIDA más de 6 años. En la batalla se le une Rayon (Jared Leto), un transexual frágil y firme a la vez, de buen corazón pero capaz de liarla parda, infectado también por el VIH, que está en las antípodas del perfil del cowboy, y con el que se ve obligado a trabajar y convivir. Y aquí es donde está la clave de la película.
Ambos han hecho una inmersión fabulosa en los personajes, hasta el punto de adelgazar más de 20 kilos para el rodaje. Los dos actores han dado muestras en muchas ocasiones de su capacidad camaleónica. McConaughey en el papel de asesino impasible y pervertido en Killer Joe o de enigmático Robinson Crusoe–Huck Finn en Mud. Jared Leto no le va a la zaga. Fue capaz de engordar 30 kilos para interpretar al asesino de John Lennon en Chapter 27 y soportó horas interminables de maquillaje para retratar al último humano de la Tierra en Las vidas posibles de Mr. Nobody.
También es loable el esfuerzo de ambientación de la película, muy acorde con la época de los 80, en el que también hay que incluir la música -que, por cierto, no es de Danny Elfman como se dice- y el uso coherente de una fotografía austera y realista, de tomas largas, sin reflectores, con tan solo una cámara.
Ficha Técnica
- Dirección: Jean-Marc Vallée,
- Guion: Craig Borten, Melisa Wallack,
- Intérpretes: Matthew McConaughey, Jennifer Garner, Dallas Roberts, Jared Leto, Steve Zahn, Denis O’Hare,
- Fotografía: Yves Bélanger
- Montaje: Martin Pensa, J.-M. Vallée
- Duración: 117 m.
- Distribuidora: Vértigo
- Público adecuado: +18 años (VXD)
- EE.UU., 2013.
- Estreno en España: 14.3.2014