Danny the Dog

Jet Li debuta como actor protagonista -sin que se desaproveche, como era de esperar, su faceta de luchador- junto a Morgan Freeman y Bob Hos­kins, que no necesitan presentación

Danny the Dog

Danny the Dog: Todo hombre debe ser su propio dueño

Mucha gente debe conocer las pe­lículas de Jet Li (Beijing, 1963) en su faceta de luchador de artes marciales (wushu), en las que fue campeón nacional durante varios años. En su faceta de actor, al retirarse del wushu, cabe recordar entre otras películas populares Arma Le­tal 4, de Richard Donner, con Mel Gib­son. O bien -fue un gran paso como actor- su papel en Hero, de Zhang Yimou, junto a Tony Leung y Maggie Cheung.

En esta, Danny the Dog, debuta como actor protagonista -sin que se desaproveche, como era de esperar, su faceta de luchador-. Y al lado de Morgan Freeman y Bob Hos­kins, que no necesitan presentación.

No es que álguien se haya “rendido”, co­mo se dice, a las dotes interpretativas de Jet Li. El director, Louis Leterrier (París, 1973), es prácticamente (sin ánimo peyorativo) un principiante. El “misterio” de la reunión de este trío interpretativo (Li-Free­man-Hoskins) es, pues, que el conocido Luc Besson (París, 1959) escribió el guión, se enamoró de él y se empeñó tanto en llevarlo adelante que es uno de los productores de la película.


El guión sitúa la acción argumental en un hoy impreciso, que se desarrolla en un ambiente social muy duro y oscuro como el tono general de la fotografía, con luces sepia, amarillentas y rojizas. El hampa en una ciudad de Estados Unidos. Pero el guión tiene un referente clásico, nada menos que La vida es sueño, la tragedia del príncipe Segis­mundo y su vida (lo digo sin broma) perra, de ahí el “the Dog”, aplicado plenamente a Danny (Jet Li).

El malo -malísimo- es el perrero Bob Hos­­kins, explotador, cuyo sólo afán es el dinero, criminal sin escrúpulos que hace las veces del rey y padre de Segismundo, que tenía encerrado a su hijo en una cueva -por superstición necia- desde que nació. El despertar a la vida como persona de DannySegismundo viene de la mano del bueno de Morgan Freeman, afinador de pianos. El alma de persona, y no de perro, se despierta con la música, que rescata a la memoria remotos momentos de su infancia.

Es un cuento. Es la tragedia de Calderón no sólo quintaesenciada, sino mostrada en la esquemática forma del cómic. Violencia extrema, que sería insoportable si no estuviera al borde de la parodia pedagógica, o dentro de lo simbólico. Como lo están el amor y la ternura extremas que muestran por el desconocido Dog, el afinador y su hija. Y el despertar de la persona, el deshacerse de su vi­da de perro, es también una fuerte alegoría sobre la dignidad inmortal de la persona.

“Todo hombre debe ser su propio dueño”, slogan del filme, no es sino un telegrama del clásico calderoniano: …al rey, la hacienda y la vida / se ha de dar; pero el honor / es patrimonio del alma, / y el alma  sólo es de Dios.

Danny the dog (Louis Leterrier)

Ficha Técnica

  • País: Francia (Unleashed, 2005)
  • Fotografía: Pierre Morel
  • Montaje: Nicolas Trembbasiewicz
  • Música: Massive Attack
  • Distribuidora: New World
  • Estreno en España: 03.06.2006
Suscríbete a la revista FilaSiete

Salir de la versión móvil