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El desafío. Frost contra Nixon

Una de las cintas del año, porque detrás de ella está un genio llamado Peter Morgan

El desafío. Frost contra Nixon

El desafío. Frost contra Nixon: Peter Morgan, suma y sigue

El desafío. Frost contra Nixon justifica su razón de ser y se erige indiscutiblemente como una de las cintas del año, porque detrás de ella está un genio llamado Peter Morgan. Ha demostrado una habilidad sin igual a la hora de dramatizar eventos históricos, ya sean recientes o no, y de dotar a personajes reales de una profundidad e interés tan marcados que te hacen desear que la persona retratada esté a la altura de su alter ego cinematográfico. Su gran trabajo es The Queen, pero también hay que reconocer los méritos de El último rey de Escocia, Las hermanas Bole­na o The deal, una TV movie sobre la rivalidad entre Tony Blair y Gordon Brown que guarda bastantes similitudes con su último proyecto. También hay que decir que con El desafío. Frost contra Nixon tenía gran parte del trabajo hecho, ya que adapta su propia obra de teatro, estrenada con gran éxito tanto en Nueva York como en Londres, que ya contaba con los mismos actores principales.

La historia de El desafío. Frost contra Nixon, para quien no la sepa, orbita sobre las entrevistas televisivas que el presentador inglés David Frost le realizó al ex presidente norteamericano Ri­chard Ni­xon en 1977. Desde que dimitiera de la pre­si­dencia en 1974 por el escándalo Wa­ter­ga­te, Nixon no había hablado para nin­gún me­dio de comunicación. Frost puso empe­ño personal y parte de su fortuna para hacerse con una de las grandes exclusivas de la historia, y además lograr que el antiguo líder del mundo reconociera por primera vez su implicación en la conspiración política que acabó por dinamitar su mandato.

El filme, en su primer tercio, ofrece un interesante y dinámico retrato sobre el funcionamiento de los medios de comunicación de masas en los años 70, pero es en el momento en el que comienzan las entrevistas entre los dos hombres que dan título a la película cuando ésta se vuelve verdaderamente oscarizable. No hay palabras para describir la sensación de intensidad que desprende el duelo entre dos personajes absolutamente contrapuestos pero igualmente fascinantes. Frost como el show­­man televisivo extrovertido y amante de la vida, que sin embargo quiere trascender como sea en una profesión que no le toma demasiado en serio, y Nixon como el solitario y taciturno que mide cada una de sus palabras y gestos para no traicionar su pose de hombre seguro de la honestidad de todas las decisiones que tomó durante su presidencia. Morgan se toma en el guión todas las licencias del mundo (es­to se hace especialmente ostensible en una supuesta conversación telefónica nocturna que tiene lugar entre los dos personajes), pero no las esconde y contribuyen además a que el conjunto sea puro cine sin transgredir necesariamente su sentido histórico.


Mención aparte merecen también los dos actores protagonistas: Michael Sheen co­mo David Frost y Frank Langella como Ri­chard Nixon. Ninguno guarda un gran parecido físico con su personaje real, pero modulan a la perfección sus voces y hacen suyos cada gesto y emoción. Langella ha sido nominado al Oscar, así como la propia película, el director, el guionista y los mon­­ta­dores.


Frank Langella

El norteamericano Frank Langella se granjeó algo de fama tras interpretar a Drácula en la versión que hizo John Badham en 1979 del clásico de Bram Stoker, coprotagonizada por el gran Laurence Olivier. Desde entonces, Langella ha coleccionado una serie de interesantes papeles secundarios que le han permitido ganarse el respeto de los cineastas y de la crítica, pero que le han mantenido en cierto segundo plano respecto al gran público.

Tras cuarenta años de trayectoria profesional, la interpretación que hace del ex presidente norteamericano Richard Nixon le ha traído por fin el reconocimiento y los premios, con nominaciones a los Globos de Oro y los Oscars incluidas. La figura del ex mandatario no le era en absoluto desconocida a Langella, al que ya interpretó en la versión teatral de la historia que ahora ha llevado Ron Howard al cine. “Ron era muy específico sobre lo que tenía en mente”, reconoce el actor nacido en Nueva Jersey. “No importaba que yo hubiese interpretado al personaje en el teatro 350 veces, tenía que reinventarlo para la cámara. Filmamos las primeras escenas y se alargaban muchísimo. Ron nos decía: ‘Tengo mucho rollo de película y unas tijeras. Si sentís que debéis permanecer sentados el uno frente al otro sin deciros nada, hacedlo. Olvidaos del ritmo de una obra de teatro”.

Una de las grandes ambiciones de Langella antes de hacer la película era lograr mostrar a Nixon al mundo como mucho más que un personaje unidimensional. “Está en la naturaleza de nuestra cultura lo de poner etiquetas a las cosas, pero yo quería dotar a Nixon de humanidad. Sentía compasión por él. Contemplar lo que hizo y compararlo con lo que está pasando ahora… bueno, casi es como robar un par de caramelos de una jarra”. Parece que sus objetivos se cumplieron, ya que, según cuenta él mismo, al término de una de las representaciones teatrales, se acercó un nieto del ex presidente a hablar con él para agradecerle que hubiera “hecho parecer humano a mi abuelo”.

Ficha Técnica

  • Fotografía: Salvatore Totino
  • Montaje: Daniel P. Hanley, Mike Hill
  • Música: Hans Zimmer
  • : 122 min.
  • Distribuidora: Universal
  • Público adecuado: Jóvenes
  • Estreno en España: 06.02.2009

El desafío. Frost contra Nixon. EE.UU., 2008

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