Despedidas: El último viaje
La gran sorpresa en la pasada edición de los Oscar la protagonizó esta cinta al hacerse con la estatuilla a la mejor película extranjera, desbancando a las dos clarísimas favoritas en las apuestas, Vals con Bashir y La clase. Lo cierto es que una vez visto el filme, la decisión de la Academia deja de ser tan sorprendente: Despedidas se acerca muchísimo más a los estándares canónicos hollywoodienses (más Capra que Ozu, para entendernos) que las arriesgadas propuestas de Israel y Francia. Algo definitivamente extraño en una película japonesa.
Mucho tiene que ver en ello el tema tan universal que trata, aunque lo haga a través de un prisma decididamente local. Daigo (Masahiro Motoki) es un joven músico de una orquesta de Tokio que, al perder su puesto, se ve obligado a regresar con su mujer al pueblo donde nació, en el norte del país. En su afán desesperado por encontrar trabajo se topa con un empleo de ayudante de un dueño de una funeraria un tanto peculiar. Es una de las últimas que se dedica a embalsamar a los muertos de acuerdo a las ceremonias ancestrales niponas. Su nuevo trabajo le traerá problemas con sus vecinos y su mujer, pero a la vez le hará reconectar con sus raíces.
Aunque como película es irregular y tiene problemas indudables, sus intenciones son absolutamente impecables. Hablar de la muerte y de la familia con tanta sensibilidad, espiritualidad y sentido ético como lo hace Yôjirô Takita (Toyama, 1955) merece un grandísimo aplauso.
Cierto es que abusa de un lirismo un tanto forzado y que en ocasiones bordea la manipulación emocional, pero lo compensa con toneladas de ternura y una dignificación y respeto arrolladoramente sinceros hacia los valores humanos más marcadamente universales. Se queda lejos del nivel de profundidad de Ikiru, de Kurosawa -otra cinta japonesa que trataba magníficamente el tema de la muerte-, pero conmueve prácticamente de la misma forma, lo que no deja de ser una de las principales cosas que buscamos a la hora de entrar en una sala de cine.
En otros aspectos el filme también brilla, empezando por la elección de casting, especialmente en lo que se refiere a los secundarios, con unos espléndidos Ryoko Hirosue y Tsutomu Yamazaki, en el papel de la mujer y el jefe del protagonista, respectivamente. Aunque un activo aún más importante es la participación del genio Joe Hisaishi, el responsable de engrandecer musicalmente las obras maestras de Kitano y Miyazaki, que aquí compone otra partitura sensacional.
Ficha Técnica
- Dirección: Yôjirô Takita,
- Guion: Kundo Koyama,
- Intérpretes: Tetta Sugimoto, Kimiko Yo, Masahiro Motoki, Ryoko Hirosue, Tsutomu Yamazaki,
- País: Japón (Okuribito, 2008)
- Fotografía: Takeshi Hamada
- Montaje: Akimasa Kawashima
- Música: Joe Hisaishi
- Duración: 130 min.
- Público adecuado: +18 años
- Distribuidora: Golem
- Estreno en España: 3.7.2009