Destroyer. Una mujer herida

Destroyer. Una mujer herida: Kidman en acción

· La narración de Destroyer llega a cansar hasta que el espectador se hace cargo de la importancia de los personajes y del lugar que ocupa cada persona a la que se enfrenta la detective.

Escena de un crimen en Los Angeles. Aparece la detective Erin Bell, una mujer hecha polvo físicamente; se ve que profesionalmente no cae bien. Observamos que los demás aspectos de su vida también son un desastre. Rápidamente nos indican que hubo un caso, al inicio de su carrera, que salió mal, ello marcó su vida y el responsable, un tal Silas, escapó. Ahora Silas ha vuelto y Erin Bell quiere cerrar aquel primer caso y, tal vez, encontrar la paz y poner orden en su vida.

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Karyn Kusama (Girlfight, La invitación) ha realizado una película notable en la que explora y revela el alma de la protagonista al compás de su heterodoxa investigación policial que, se ve, tiene mucho de venganza. La estructura que presenta Destroyer avanza en espiral, no solo porque da vueltas en torno a una idea, sino por los flashes back que cuentan lo que ocurrió en aquella primera misión y qué le sucedió a cada uno de los protagonistas. La revelación es siempre fragmentaria, el cuadro se completará solamente al final.

Karyn Kusama crea un ambiente desasosegante desde el principio y no deja que esa sensación abandone al espectador en ningún momento. En cuanto a su personaje, la creación de Nicole Kidman ha merecido la candidatura al Oscar; no en vano, crea dos personajes con elementos comunes, la joven y entusiasta Erin de los años setenta, y la fea e inaguantable de nuestra época. Y creemos que es la misma persona, y sentimos indignación al verla cometer errores, y empatizamos con sus ganas de rehacer su vida.

La narración de Destroyer, un continuo preguntar por Silas, llega a cansar hasta que el espectador se hace cargo de la importancia del personaje y del lugar que ocupa cada persona a la que se enfrenta la detective. Pero mantiene la intriga y el interés hasta el final. Un final, a pesar de todo, esperanzador.