Diana: Rellenar huecos
Diana | «Me parece una película muy interesante. Pero mucho. Otra cosa es que sea más o menos buena». Eso escribí nada más ver esta película, allá por el 31 de octubre. Y es que lo que el inteligente Hirschbiegel hace con la novela de Kate Snell, El último amor de Diana, es interesante. No se trata de un biopic, no se trata de contarle al espectador lo que ya sabe o de pretender descubrirle lo que no sabe. El director se interesa por una mujer y la acerca al espectador, con un tono y un respeto que yo agradezco bastante.
Diana fue -nos guste o no- un símbolo, un icono de una generación. Con una mano alejaba a los medios y con otra los reclamaba. Renegaba de una vida regalada y por otra parte no sabía vivir sin ella. Las reacciones tras su muerte (descritas formidablemente por Stephen Frears y Peter Morgan en The Queen) son muy difíciles de comprender, pero ahí estuvieron. La película, en su retrato de una persona que necesita sentirse querida, es inteligente (Naomi Watts está soberbia). Siempre y cuando el espectador ponga de su parte y rellene los huecos. Y sepa mirar con piedad, aunque con realismo y ecuanimidad, un personaje que en este caso es una persona.
Hay una pega que me parece absurda: “es que yo quiero que me cuenten otra cosa”. Cuando pretendes contar la vida de una persona muerta hace tan poco tiempo, tendrías que retratar continuamente a personas vivas. Y administrar ese material no es siempre fácil.
Ficha Técnica
- Dirección: Oliver Hirschbiegel,
- Guion: Stephen Jeffreys,
- Intérpretes: Naomi Watts, Naveen Andrews, Douglas Hodge, Cas Anvar, Geraldine James, Juliet Stevenson, Michael Byrne,
- Fotografía: Rainer Klausmann
- Montaje: Hans Funck
- Música: Keefus Ciancia, David Holmes
- Duración: 113 m.
- Distribuidora: eOne
- Público adecuado: +16 años
- Estreno en España: 13.12.2013
Reino Unido, EE.UU., Suecia, 2013