Eiffel

Eiffel: La historia de una torre

· Crítica de Eiffel | Estreno 12 de noviembre de 2021.
· El romance, hilo conductor de esta historia, se basa en la química entre Romain Duris y Emma Mackey, que funciona bastante bien.

Este biopic sobre el ingeniero Gustave Eiffel y la construcción de la famosa torre recuerda bastante a Suez (1938), de Allan Dwan, en el que también un ingeniero francés de la misma época se esforzaba por construir un canal que uniera el Mediterráneo con el Mar Rojo. Las dos historias se basan en hechos reales a las que añaden una trama romántica. Suez me gustó más pero Eiffel se ciñe más a los hechos. La película comienza con el homenaje que el gobierno norteamericano hace al ingeniero para agradecerle la estatua de la libertad, continúa con el gobierno francés, que pide a Eiffel una obra grande para la exposición universal de 1889. La tarea no le interesa, pero acepta el desafío, estimulado por la presencia de Adrianne, su primer amor, ahora esposa de un importante político. Una serie de flashes back evocan aquel romance y la construcción del puente metálico sobre el río Garona en 1860, donde se conocieron. Finalmente asistimos a la construcción de la torre (1887-1889), junto a todos los problemas que hubo que superar, y a la renovación del romance entre Gustave y Adrianne.

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El director Martin Bourboulon con tan solo un par de comedias en su haber se encontró con un regalo y un desafío, realizar esta “superproducción”, al menos según la escala francesa. Y hay que reconocer que supera la prueba con creces. Cierto que el cine francés lleva tiempo demostrando que se le da muy bien la reconstrucción de época, especialmente el periodo en cuestión, finales del siglo XIX hasta los felices años veinte del siglo pasado, incluido el espíritu innovador de entonces y la devoción por la ciencia.

La película es académica, tal vez demasiado. Se inspira en modelos clásicos y evita efectismos. Se trata de una realización compleja, nada pomposa aunque tiene momentos espectaculares. La dirección artística y el vestuario son excelentes. La fotografía de Matias Boucard es espléndida. El romance, hilo conductor de esta historia, se basa en la química entre Romain Duris (Todo el dinero del mundo) y Emma Mackey (Sex Education), que funciona bastante bien. Pero, con todas sus cualidades, esta película tiene un problema y es que no sorprende. Nada en esta cinta conmueve o aporta algo nuevo. Al final resulta una historia amable, agradable de ver, pero a la que falta un punto de grandeur.