El abogado del terror

El abogado del terror: El hombre que defendía el horror

El abogado del terror | La vida de Jacques Vergès es tan increíble que parece irreal: después de participar en la resistencia francesa contra los nazis en el final de su adolescencia decidió dedicarse a la abogacía, y en uno de sus primeros casos se prestó a defender a la terrorista Djamila Bouhired, símbolo de la resistencia argelina contra el colonialismo francés. A partir de ahí su historial de defendidos de dudosa condición moral no hizo sino crecer: el criminal nazi Klaus Bar­bie, el jemer rojo Khieu Shampan y Carlos “el Cha­cal” son los máximos exponentes de una larga lista que recoge a varios de los criminales de guerra, genocidas y terroristas internacionales que han llenado las páginas de los libros de historia del siglo XX.

Barbet Schroeder (La Vallé, La virgen de los sicarios) aborda la vida de este peculiar personaje a través del documental, y lo ha­ce con gran inteligencia y admirable rigor. Con un profesionalismo intachable, Schroe­der se asegura de recoger testimonios de absolutamente cualquier persona relevante al pasado de Vergès, o en su defecto proveerse del material de archivo que justifique las ausencias de los que ya están muertos.

No falta la obligatoria larga entrevista al protagonista, que ejerce como hilo conductor de la estructura cronológica del filme y a partir de la cual, siendo testigos de su poderosa retórica y de su escepticismo hacia los poderes públicos, podemos llegar a intuir qué es lo que ha motivado la trayectoria vital de este campeón del relativismo mo­­­ral. Porque el realizador se abstiene por completo de emitir juicios de va­lor sobre tan polémica figura, y tampoco parece interesado en aportar respuestas definitivas sobre el “enigma Vergès”. El ya octogenario letrado cuenta con total libertad para contar su propia versión de sí mismo, lo que algunos considerarán una grave irresponsabilidad y otros lo llamarán integridad perio­dística.