El Cairo confidencial

El Cairo confidencial: Un nuevo clásico del cine negro

· El Cairo confidencial cuenta una historia policiaca, pero sobre todo cuenta -y el espectador de igual for­ma asiste- el origen de una revolución que vemos fra­guarse por momentos hasta su estallido final.

Enero de 2011 en El Cairo. Una joven es asesinada en uno de los grandes hoteles de la ciudad. La película nos muestra la investigación del inspector Noureddine, y con ella la situación social y política de la ciudad/del país, la corrupción reinante y el malestar que reinaba an­tes de la revolución que puso fin a la presidencia de Mou­barak.

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Poco después de su estreno, la película ganó el Gran Pre­mio del Jurado en Sundance, y el Gran Premio del Fes­tival de Beaune, especializado en cine policiaco. El di­rector es un sueco de origen oriental llamado Tarik Sa­leh, que tenía en su haber un par de documentales, y de hecho este thriller tiene tanto de ficción -con sus to­mas en el hotel o en la comisaría, los interrogatorios a personajes importantes del mundo de la política y de la economía nacionales- como de documental, cuando el inspector sale a patrullar, pasea por callejuelas y barrios mugrientos, intenta localizar inmigrantes ilegales, o presencia una manifestación contra el gobierno. El título original, The Nile Hilton Incident, tendría que ver con la investigación policiaca; El Cairo confidencial, con el documental.

Sin piedad alguna la cámara de Tarik Saleh contempla/muestra un sistema podrido, un estado represor al ser­vicio de los poderosos que controlan todos los negocios, ya sean legales o ilegales; un estado en el que la jus­ticia es una caricatura y en el que la corrupción se si­túa a todos los niveles, desde la mordida policial a la con­tratación y explotación de una gran cantidad de ma­no de obra barata: inmigrantes ilegales subsaharianos. Sa­leh no hace concesiones y, con una maestría que pa­rece innata, mueve sus peones de un lugar a otro, de­jando que el espectador descubra por sí mismo, a la vez que el inspector, qué está ocurriendo y saque sus con­clusiones. El tramo final es de una negrura «deslumbran­te», todo queda claro en una maniobra osada y de un ci­nismo demoledor. Solo queda lanzarse a la calle y participar en la revolución.

Porque El Cairo confidencial cuenta una historia policiaca, pero sobre todo cuenta -y el espectador de igual for­ma asiste- el origen de una revolución que vemos fra­guarse por momentos hasta su estallido final. Fares Fa­res es un excelente inspector de policía, relativamente hon­rado y cumplidor; pero el auténtico protagonista es la propia ciudad, El Cairo, cuyo pulso oye latir en cada fo­tograma.