El callejón de las almas perdidas

El callejón de las almas perdidas: Pesadilla en el circo

· Crítica de El callejón de las almas perdidas | Estreno 21 de enero de 2022.
· La película sería mucho mejor con 40-50 minutos menos y con un guion capaz de trabajar los conflictos internos de los personajes principales.

Del Toro versiona una apreciable película homónima de Edmund Goulding estrenada en 1947 con un Tyrone Power muy entonado, creíble en un melodrama bien escrito por el gran Jules Furthman, un experto adaptador de novelas que trabajó sobre una de Gresham.

El circo, el mentalismo, la magia, los deseos de conectar con el más allá, la ambición desmedida son asuntos que siempre han interesado al cineasta mexicano. La película cuenta con una producción excelente y un grupo de actores muy llamativo.

El problema de El callejón de las almas perdidas es que Del Toro y la debutante Kim Morgan escriben un guion mediocre que lee bastante mal la película precedente, a la sombra de las genialidades deslumbrantes de Jacques Tourneur.

Los personajes están a medio cocer, motivo por el cual es muy difícil conectar (positiva o negativamente) con ellos. Las interminables dos horas y treinta minutos de metraje vuelven a poner de manifiesto que cuando no hay un límite temporal razonable para contar una historia, los defectos se agrandan: en las tramas, los conflictos, los puntos de giro, los clímax, los viajes de personaje…

Es el caso de la ridícula interpretación de Cate Blanchett, del personaje guadianesco de Rooney Mara, del conflicto tan mal llevado de la magia blanca y la negra… La película sería mucho mejor con 40-50 minutos menos y con un guion capaz de trabajar los conflictos internos de los personajes principales. Bradley Cooper hace lo que puede, pero no hay manera de que la cinta carbure.

Otro ejemplo de lo que ocurre con películas muy largas que tienen muy poco que contar. Llevamos demasiadas en los últimos meses.

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