El extraño: Las amistades peligrosas

· Crítica de El extraño | Disponible en Netflix.
· La película está llena de recovecos y pistas falsas. Algunas de sus premisas se resuelven y otras no, quedando en el aire unas cuantas preguntas a solventar.

A riesgo de que se me considere un crítico con un humor manifiestamente mejorable, comenzaré diciendo que El extraño es una película extraña. No es una cinta en la que te puedas acomodar plácidamente para ver desarrollarse los acontecimientos desde el punto A al punto B. No terminas de asentarte en ella hasta bien avanzada la trama. Es incómoda y llena de aristas. El director y actor australiano Thomas M. Wright lleva durante buena parte del metraje al espectador a rastras, cruzando un terreno pantanoso sin brújula ni mapa, divagando por una sucesión de escenas que no parecen tener sentido. Este trazado sinuoso tendrá su recompensa cuando poco a poco se vayan enseñando las cartas, los cabos comiencen a unirse y empecemos a descubrir el dibujo de un apasionante bordado.

Esta producción australiana, presentada en el pasado festival de Cannes de 2022, está basada en un hecho real, lo que le da mayor empaque y a la vez la hace más perturbadora. Wright carga de un sentido autoral una historia que puede recordar a otras donde hemos presenciado algo parecido pero siempre desde un punto de vista menos arriesgado y más convencional. Porque lo más interesante y sorprendente de El extraño no es lo que se cuenta sino cómo se cuenta, la atalaya donde se coloca la cámara, eso es lo que la hace original. Aún así lo mejor es acercarse a ella sin saber mucho del contenido, y de ahí que ande de puntillas por la trama. Aconsejo incluso no leer la sinopsis que proporciona la misma Netflix. El desconocimiento de los detalles de la historia hace que el espectador tenga una experiencia más cercana a la que pretende el director.

Lo que sí podemos decir es que es un thriller seco y oscuro, muy oscuro, donde dos tipos van y vienen por el paisaje australiano entablando amistad, encontrándose con gente de mal vivir, arreglando cuentas, organizando planes, entrando en el marasmo del otro lado de la ley, donde parece que mejor se mueven.

La película está llena de recovecos y pistas falsas. Algunas de sus premisas se resuelven y otras no, quedando en el aire unas cuantas preguntas a solventar. Durante su primera mitad los personajes hablan mucho, hasta que la película da un giro y algún que otro salto mortal, para que el espectador no tenga la mala costumbre de apalancarse. Los personajes principales son opacos y misteriosos, a la vez que destilan cierto buen-mal rollo, dos tipos barbudos y resabiados con apariencia de buscadores de oro y de haber vivido mucho y no precisamente bien. Joel Edgerton hace de maravilla, y con un mínimo de expresividad, de un mentor compungido asaltado por las dudas; y Sean Harris está impresionante como un tipo con tantos dobleces como una manta en un baúl, y que se muestra aún más inexpresivo y contenido que su partenaire en pantalla, con un papel que podría haber dado para hacer el mayor de los desparrames, pero con el que él consigue inquietar más a base de poner cara de póker.

Buen cine negro, elegante, bien rodado, de ritmo cadencioso, que tiene la virtud de beber de gente tan alejada habitualmente del género como el último Terrence Malick (quizás estaría más próximo a sus Malas tierras -1973-). Wright, junto con su director de fotografía Sam Chiplin, capta algo de la poesía del director tejano y acompaña sus hipnóticas imágenes de vez en cuando con una de esas voces en off susurrantes como lo son las voces en off de las películas de Malick.

Ficha Técnica

  • Fotografía: Sam Chiplin.
  • Montaje: Simon Njoo
  • Música: Oliver Coates
  • Diseño de producción: Leah Popple
  • Vestuario: Mariot Kerr
  • Duración: 117 min.
  • Público adecuado: +16 años
  • Distribuidora: Netflix
  • Australia (The Stranger), 2022
  • Estreno: 19.10.2022
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