El hijo

El hijo: En el seno paterno

· Crítica de El hijo | Estreno 16 de junio de 2023 en Prime Video.
· La película, como sus escenarios y su fotografía, tiende hacia la frialdad y la melancolía, contrastando el dolor del presente con los luminosos recuerdos de un pasado donde la felicidad aún tenía cabida antes de bajar al purgatorio.

Es El hijo una película incómoda. Una cinta dura y en cierta forma valiente. No diré eso tan manido de que es necesaria porque cuando alguien me dice que una película es necesaria nunca voy a verla. Pero sí diré que indaga con bisturí en las actuales relaciones humanas, y más en particular en las relaciones paternofiliales de una sociedad desnortada, explorando sin cortapisas los motivos de la angustia vital de un adolescente que lo tiene todo menos lo fundamental: fe en sí mismo, cierta valentía para afrontar el día a día, cierto coraje para encarar esa cosa tan rara que es la vida.

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El dramaturgo francés Florian Zeller ha escrito junto con su colaborador habitual, el británico Christopher Hampton, un guion muy medido que respeta a sus personajes y la inteligencia del espectador, dándonos la información a la misma vez que a los protagonistas, lo cual hace que nos involucremos más en la trama y que andemos confusos acerca de cómo resolveríamos nosotros una situación que va desbocada cuesta abajo.

La película, como sus escenarios y su fotografía, tiende hacia la frialdad y la melancolía, contrastando el dolor del presente con los luminosos recuerdos de un pasado donde la felicidad aún tenía cabida antes de bajar al purgatorio. Tras la cámara, Zeller sabe dar tiempo a la cocción de una obra que rebusca en las zonas oscuras del alma, hurgando entre los pliegues donde habitan los deseos humanos no cumplidos, haciendo estallar la estabilidad familiar. Pero el director siempre tiene el buen gusto de no ser sórdido, de aligerar el pesimismo de la historia con algún instante de alegría que alivia al espectador y a sus personajes, dejando en off los momentos donde el dolor cobra su peor forma.

A pesar de su aire más europeo que norteamericano, tiene algo de películas como Kramer contra Kramer (1979), por el análisis que hace de las consecuencias de la ruptura familiar, y sobre todo de aquella película con la que Robert Redford ganó el Oscar a mejor dirección, Gente corriente (1980), con toda su carga de profundidad en el retrato de una sociedad más propensa a mirar los problemas por el lado equivocado de los prismáticos, y donde la psiquiatría tiene mucho que decir.

El trabajo de Zeller ya tuvo su repercusión con El padre (2020), con Anthony Hopkins, que tiene también aquí un papel, en este caso corto pero demoledor, y que sigue en plena forma robando escenas a todo aquel que se le arrime. Hugh Jackman interpreta a un ejecutivo de éxito, un tipo amable y correcto con buena disposición hacia su vástago; pero cuya relación con él le dará más de un quebradero de cabeza. Su personaje, Peter, como padre afectuoso tratará de resolver el conflicto que le provoca su hijo junto con su exmujer, una fantástica Laura Dern a la que siempre es un placer ver y que una vez más demuestra lo maravillosa actriz que es. Completan el cuadro actoral la actriz británica Vanessa Kirby, como la actual mujer del protagonista que acude impotente al drama que se cierne como una pesadilla sobre ellos; y el joven Zen McGrath, que afronta con éxito el complicado papel de un chico sensible azotado por un vaivén de sentimientos contradictorios.