El inconveniente

El inconveniente: Simpatía que contagia

· Crítica de El inconveniente | Estreno 18 de diciembre de 2020.
· El joven realizador firma su ópera prima de ficción, modesta, pero cargada de emotividad. Y es que si volviera a nevar en Sevilla nos emocionaríamos, y mucho.

Bernabé Rico sitúa su primer largometraje de ficción, El inconveniente, en la Navidad de su Sevilla natal. El armazón argumental está basado en la adaptación de la obra teatral de Juan Carlos Rubio, 100m2. Nos acerca al personaje protagonista, Sara, quien se compra un piso en el centro de la ciudad, aun a sabiendas de un «inconveniente»: Lola, una señora de avanzada edad que vivirá en él hasta que muera. Sara no tiene prisa y decide esperar, pero mientras tanto, se generará una relación entre estas dos mujeres tan distintas, que les hará pasar por una serie de vivencias que sellarán su destino. Estas se servirán de la amistad, el desamor, e incluso la soledad para salir adelante.

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Lola y Sara, interpretadas por unas maravillosas Kiti Mánver y Juana Acosta respectivamente, forman parte del elenco de actores, al que se unen el divertido Carlos Areces, insuflando ritmo y flotabilidad a la película, y el brillante José Sacristán, quien resalta en su única escena.

Con una audiencia generalista, y muy bien recibida en los cines, El inconveniente se alzó con el Premio del Público, y el de mejor actriz (Mánver) en el pasado Festival de Málaga. También se hizo con el de mejor película en la última edición de los Premios del Cine Andaluz Asecan. Cuenta con 3 nominaciones a los Premios Goya.

Rico saca partido a todos sus recursos, y explota esta tragicomedia con capas, casi todas ellas edulcoradas con grandes dosis de humor, a veces ácido. Y en ocasiones, nos viene a la memoria la entretenidísima y nostálgica Tomates verdes fritos (Jon Avnet, 1991). Se sirve de mensajes intrínsecamente humanos, como el miedo a la soledad, tratándolos en la relación entre estos dos personajes extremos. Aunque a veces falte química entre ellas, nos creemos las cuitas de cada una, y también cuando logran sortearlas juntas.

«También hay otro dicho que dice que uno no sabe lo que tiene el paraíso hasta que lo pierde«, dice Bernabé cuando se le pregunta sobre el tema central del largometraje, sobre cómo enfrentarse a las situaciones imprevistas. Con ingenio nos hace reflexionar: cuando nos encontramos perdidos, tan solo nos queda mirar a nuestro alrededor y superar las circunstancias recordando tanto a los recién conocidos, como a aquellos que siempre estuvieron ahí. También aquellas cosas, rutinas, valores y saberes olvidados, que por muy obsoleto que parezca, aún funciona y aún nos pueden llegar a dar lecciones de vida. El arraigo y la sapiencia, otros de los temas principales de la película, permanecen por encima de cualquier lugar y edad en este largometraje.

Una correcta dirección y realización la aparta de la influencia teatral, pero mantiene algunos artificios sobrantes en ciertos episodios dramáticos. Aún así, El inconveniente, con una simpatía que contagia, y un ritmo elegante, funciona. El joven realizador firma su ópera prima de ficción, modesta, pero cargada de emotividad. Y es que si volviera a nevar en Sevilla nos emocionaríamos, y mucho.

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