El inocente

El inocente: Best seller judicial

El inocente: Digno thriller judicial sobre un abogado criminalista y un caso enrevesado. 

Basada en una novela del prolífico Mi­chael Conelly, este cuidado thriller judicial tie­ne fuerza y está bien interpretado, recupe­rando a Matthew McConaughey, un actor que brilló en títulos como Lone star y 13 conversations about one thing (pongo el tí­tulo en inglés porque me entrará ardor de es­tómago si tecleo el espantoso rótulo con que se distribuyó en España esta estupenda película indie).

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McConaughey, un buen actor de 43 años ve­nido a menos, vuelve a mostrar su carisma interpretando a un abogado criminalista astuto y poco ortodoxo que usa un coche co­mo oficina. El asunto es turbio (el proceso judicial contra un joven adinerado acusa­do de agredir brutalmente a una prostitu­ta, en lo que parece un montaje para sacarle todo el dinero posible), pero hay una deci­dida voluntad de no ser burro en el retrato de la miseria moral de algunos personajes. Y la trama familiar no está mal, con una Marisa Tomei que no tiene que montar puesto de la plaza para componer un per­sonaje poderoso y medido.

Furman (The take, 2007) dirige bien, sin alar­des y sin titubeos, con una puesta en es­cena que sabe escapar del aire televisivo que suelen tener este tipo de historias de juz­gado con salidas a la calle para buscar prue­bas. Se me viene a la cabeza una de las pe­lículas judiciales más asombrosas que recuer­do, la imperial Anatomía de un asesina­to del maestro Preminger, y no pararé hasta volver a verla y ponerla en clase para expli­car las tripas de esa maravilla estrenada en 1959. De la porcelana fina vuelvo a la lo­za, para poner un par de pegas: el estilismo de William H. Macy es de chiste y lo de los moteros con chupa de cuero y Harley’s shopper es un deus ex machina level 7, así pa­ra meter en los manuales de guión.