Inicio Críticas películas El juego de Ripley

El juego de Ripley

Cavani dirige con solvencia y ofrece al espectador una película muy triste -como la novela-, de un cruel refinamiento sibarítico que ahoga cualquier asomo de bondad

El juego de Ripley (2002), de Liliana Cavani

El juego de Ripley: Highsmith reloaded

El juego de Ripley | La veterana directora italiana -70 años- vuelve tras diez años a la pantalla grande adaptando una novela de la tejana Patricia Highsmith (1921-1995), una escritora cortejada por el cine en 25 ocasiones. Con la ayuda de un equipo italiano, que incluye a Ennio Morricone (que ha aspirado cinco veces al Oscar sin conseguirlo hasta la fecha), la autora de Francesco ha contado con las dotes mefistofélicas de John Malkovich para contar una «aventura» de Tom Ripley, un delincuente y asesino sin el más mínimo asomo de conciencia, que mata como quien hace la compra.

Una exuberante puesta en escena (excesiva) envuelve en arte y delicadeza la crudeza chabacana del crimen, que el refinado y repulsivo Ripley siempre intenta evitar. El sobreactuado actor escocés Dougray Scott (Enigma) no es demasiado creíble como enmarcador que acaba siendo un juguete en manos del demoníaco Ripley (si un enmarcador puede costearse una villa como la de la película, voy a ponerme ya a darle a la segueta).

Dicho esto, sólo resta añadir que el recurso al sexo, cosecha propia de la responsable de Portero de noche, no era necesario y despista, cuando lo importante era mostrar la rutina esquizofrénica de un asesino. Por lo demás, la Cavani dirige con solvencia y ofrece al espectador una película muy triste -como la novela-, de un cruel refinamiento sibarítico que ahoga cualquier asomo de bondad.

Ficha Técnica

  • Argumento: novela de Patricia Highsmith 
  • Fotografía: Alfio Contini
  • Montaje: Jon Harris
  • Música: Ennio Morricone
  • País: EE.UU. 
  • Distribuidora: TriPictures

Ripley’s Game, 2002

Suscríbete a la revista FilaSiete

Salir de la versión móvil