El Juez: Hay películas…
· El juez | Cine muy inteligente, muy valioso: a mí me ha tumbado. Muy difícil de hacer aunque parece fácil.
Hay películas de las que no esperas gran cosa. Lo anterior de Christian Vincent, La cocinera del Presidente, me pareció anodina. La escritura y la realización de L’hermine (el armiño, que lleva el juez protagonista, una coraza que protege a un perfecto imbécil, un hombre patético, conmovedoramente patético en su competencia) usa estrategias similares en fondo y forma, pero la película es una joya mientras que su predecesora no, ni siquiera se acercaba.
Quitando la estúpida canción en inglés -un verdadero disparate macarra- que suena en los minutos 58, 63, 81 y 88, la película es maravillosa. Me entusiasma como pieza costumbrista sin pretensiones (con todas las pretensiones)… con una enorme capacidad de introspección, sin aspavientos, sin alardes, sin pedantería.
La carga de profundidad para un espectador inteligente -inteligente no es la palabra, para un espectador bueno, porque se puede ser inteligente y repulsivo, e incluso perverso a la vez- es tremenda: la soledad, las máscaras, el solipsismo*, el terco orgullo, la vanidad que es como la sal sembrada en un campo de buena tierra que evita su feracidad.
Y Ditte. Sidse Babett Knudsen es una actriz sublime pero es que su personaje, Ditte la médico, que no deja de pensar en sus pacientes, es un diamante… Ditte es la bondad, la misericordia, la comprensión, la prudencia, la fortaleza, el dominio de sí, el vivir para otros… Sidse, que se pone falda y tacones, Sidse hermosa con bata, las manos de Sidse, Sidse sin photoshop (no es culpa de Surtsey, pero qué tonto hay que ser para no mostrar en el cartel de la película a Knudsen con la hermosura arrebatadora de sus cuarenta y muchos).
Qué manera de mostrar cómo se puede amar a pesar de de los pesares, convirtiendo las manos en embajadoras de esperanza (sí, la culpa es de la película y de este Liszt que escucho cuando no debía).
Todo está ahí, pero como en las sonatas de Liszt, solo fecunda el alma cuando se pone la vida en contacto con la música… En la películas, las sonatas para contrabajo, chelo y violín que escribe Vincent e interpretan Luchini, Knudsen y la adolescente Lallier son deliciosas. La primera conversación en el bar, la de la madre y la hija, la de los tres…
Cine muy inteligente, muy valioso: a mí me ha tumbado. Muy difícil de hacer aunque parece fácil. Mejor actor y guion en Venecia, mejor actriz reparto en los César… Lo veo muy justificado.
* la definición de la RAE es muy hermosa:
solipsismo
Del lat. solus ipse ‘uno mismo solo’ e -ismo.
1. m. Fil. Forma radical de subjetivismo según la cual solo existe o solo puede ser conocido el propio yo.
Ficha Técnica
- Dirección: Christian Vincent,
- Guion: Christian Vincent,
- Intérpretes: Fabrice Luchini, Sidse Babett Knudsen, Eva Lallier, Chloé Berthier, Michael Abitbout, Berenice Sand, Claire Assali,
- Fotografía: Laurent Dailland
- Montaje: Yves Deschamps
- Música: Claire Denamur
- Duración: 98 min.
- Público adecuado: +16 años
- Distribuidora: Surtsey
- Francia (L’hermine), 2015
- Estreno: 8.4.2016