El menú

El menú: Ególatras a la cazuela

· Crítica de El menú | Estreno 2 de diciembre de 2022.
· El director Mark Mylod ha hecho capítulos de Juego de Tronos y Succession, y maneja la truculencia con unos problemas de ritmo impresionantes.

Según parece, esta sátira pretendidamente cruel sobre la estupidez que se despliega ante la gastronomía concebida como un culto sectario nace de una comida del guionista Will Tracy en una isla privada en Noruega. Con su colega Seth Reiss han escrito un guion en el que con una mínima presentación de personajes se da paso a un almuerzo en que un cocinero paranoico ha dispuesto un menú que se supone exclusivo para unos comensales que han pagado mucho dinero por estar ahí. Acompaña al chef (un Ralph Fiennes con todos sus peores tics) un pelotón de cocineros y una jefa de sala que se le someten con una entrega total, ríete de la sumisión de sus generales al tal Kim Jong-un apretando botones lanzamisiles.

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Rodada ampulosamente en una sola localización, interpretada con unos registros histriónicos, la película es pretenciosa hasta decir basta. A medida que pasan los minutos hay poco más que una sucesión de situaciones grotescas. Produce Adam Mckay, que ya nos ofreció en No mires arriba una muestra de lo que no debe ser una sátira.

El director Mark Mylod ha hecho capítulos de Juego de Tronos y Succession, y maneja la truculencia con unos problemas de ritmo impresionantes. Se supone que se busca el sarcasmo de Altman y el manejo del absurdo de películas logradas con ph ácido, pero no se logra.

Toneladas de maquillaje sepultan a unos actores que intentan resucitar un guion que nace muerto, donde nada de lo que se hace o se dice tiene el menor sentido. Los personajes no van a ningún lado y cuando se intenta desvelar su pasado en plan Agatha Christie, el resultado es patético. Sobre el cierre, mejor no comentar nada, no por el destripe argumental, sino porque es difícil entender que un profesional del guion pueda escribir algo así.