El método Knox

Michael Keaton dirige y actúa en un thriller al que le falta acción y suspense para terminar de enganchar

El método Knox (2023)

El método Knox: Memento mori

· Crítica de El metodo Knox | Estreno 8 de noviembre de 2024.
· El guion está estructurado en semanas, en las que acudimos al progresivo deterioro físico de Knox y a cómo esto repercute en su carrera criminal y su vida familiar.

La carrera de Michael Keaton está levantada sobre papeles para los que no tiene el físico adecuado. No lo tenía cuando dejó de ser un actor entregado a la comedia para interpretar el Batman (1984) de Tim Burton -aunque sé que esta es una opinión debatible-, tampoco era el suyo el armazón apropiado para dar vida a Peter McCabe, el peligroso y musculado psicópata de Medidas desesperadas (1998). Y tampoco tiene el aspecto que imaginamos en un asesino a sueldo implacable como el que interpreta en El método Knox, en un papel en el que nos es más fácil ver a tipos como el Michael Fassbender de El asesino (2023), el George Clooney de El americano (2010), el Brad Pitt de Mátalos suavemente (2012), o el Liam Neeson de tropecientas películas.

Sin embargo, el bueno de Keaton, en vez de un físico imponente, ofrece otras cosas a cambio. No sé por qué pero es un actor que cae bien, debe ser eso que llaman carisma, da como buen rollo. Los pliegues de sus personajes los impregna de una bonhomía que hace que nos resulte fácil identificarnos con él. Lo cual tiene su aquel cuando el personaje es un tipo desalmado y sin escrúpulos. Si quieren ver lo buen actor que puede llegar a ser Keaton, echen un vistazo a la miniserie Dopesick, donde interpreta a un médico adicto a los analgésicos.

Pero a lo que íbamos, Keaton da vida aquí a un asesi­no a sueldo al que se le diagnostica una enfermedad degenerativa que provoca demencia. No es este John «Aristóteles» Knox un dechado de virtudes ni como padre, ni como esposo, aunque sí se le da bien su «trabajo». Y Keaton y su guionista Gregory Poirier le dan al personaje unas vueltas y lo convierten en un tipo aseado con un par de doctorados en inglés e historia; haciéndole un traje a medida a Keaton como lector empedernido, un intelectual propenso a dejar un rastro de cadáveres a sus espaldas, algunos reales y otros metafóricos.

El guion está estructurado en semanas, en las que acudimos al progresivo deterioro físico de Knox y a cómo esto repercute en su carrera criminal y su vida familiar. Y el intríngulis de la historia está en cómo terminan solapándose ambas. La película bascula en esas dos pistas, además de mostrarnos una tercera, la investigación policial de la que Knox es objeto.

Michael Keaton como director se da cierta maña, mostrándose elegante y comedido en sus propuestas visuales. No hace un ejercicio rebuscado al estilo Memento (2000), en el que se juegue con el montaje para retratar la desmemoria del protagonista. Se limita en ocasiones a exteriorizar la mala percepción que tiene Knox de la realidad a base de una cámara temblequeante.

Tampoco hace un marcado énfasis en la violencia, aunque la historia daba para llenar la pantalla de fuegos artificiales. Incluso resulta algo lenta en algunos momentos al retrasar la acción y dedicar minutos de más a describir las relaciones de Knox con su mujer y su hijo. Lo cual perjudica la plena satisfacción de la cinta. El problema no es tanto que el filme esté algo bajo de revoluciones, el problema está en que uno se da cuenta de que la historia daba para más, y hubiera enganchado al espectador de las solapas si hubiera aprovechado todas las posibilidades que como thriller ofrecía las facultades mermadas del protagonista.

Como digo, el guion no aprovecha todos sus ingredientes para hacer un baño de sangre. Tan solo en contados momentos la violencia estalla. Su cometido es otro y es el de construir la salida de este mundo del protagonista, utilizando algunos mimbres con los que también jugó Clint Eastwood en Gran Torino (2008), como son el sacrificio personal y la asunción de culpas; pero quizás no con el carácter tan claramente moral del director de Un mundo perfecto (1993), pues en esta ocasión el material es mucho más oscuro y ambiguo.

Ficha Técnica

  • FotografíaMarshall Adams
  • Montaje: Jessica Hernández
  • Música: Alex Heffes
  • Duración: 114 min.
  • Público adecuado: +16 años
  • Distribuidora: Diamond
  • EE.UU. (Knox Goes Away), 2023
  • Estreno: 8.11.2024
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