El pacto

El último filme de Nicolas Cage viene a reincidir en ese reverso tenebroso del discurso del american way of life que tanto rechazo e incomprensión provocan

El pacto

El pacto: La obsesión por sorprender

Desde que Nicolas Cage hiciera uno de sus mejores papeles con El señor de la guerra, allá por 2006, parece que no han vuelto a caer buenos guiones en sus manos. Su filmografía de los últimos tiempos se limita a un puñado de películas comerciales de segunda que se han estrenado sin pena ni gloria, con alguna salvedad puntual. No sabemos si por necesidad, tras el anuncio de que se encontraba en quiebra, o por una concatenación de malas elecciones, Cage no levanta cabeza (y con El pacto, menos).

En esta estela de películas de acción, el veterano actor protagoniza El pacto, un largometraje sobre el que se nos ocurren un sinfín de calificativos aunque todos ellos extremadamente negativos. Ni la presencia de January Jones Betty en Mad Men– ni de Harold Perrineau Michael en Perdidos– pueden hacer despegar una historia que a todas luces estaba condenada a estrellarse desde su inicio. La peripecia se centra en Will Gerard (Nicolas Cage), un profesor que decide tomarse la justicia por su mano cuando su esposa (January Jones) es violada y apaleada. Ayudado por un misterioso tipo, Will tendrá que hacerle «un pequeño favor» en el futuro en pago por la eliminación, a manos de una organización desconocida, del agresor de su mujer.

A la vista del argumento, el guion de Yuri Zeltser y Robert Tannen se convierte en una sucesión de hechos a cual más absurdo en el que lo único que cuenta es el grado de «sorpresa» que se puede provocar en el espectador. En este sentido, el efecto de películas como El sexto sentido o The Game ha producido a largo plazo una obsesión por el despiste tan innecesaria como frustrante y, en el caso que nos ocupa, provoca que la ilación de la narración carezca de continuidad, que los personajes sean planos o estén mal construidos y que sus motivaciones clamen a gritos por un background apropiado.


Por otro lado, la arenga de la cinta es digna de los mejores éxitos de Chuck Norris, con un discurso en el que se privilegia el «uso justificado de la violencia» y se proclama la importancia de las armas como herramienta de autodefensa. En el país de la paranoia, este tipo de películas como El pacto viene a reincidir en ese el reverso tenebroso del american way of life que a nosotros nos provoca tanto rechazo e incomprensión.

Con tanto talento desperdiciado, lo único que nos queda por esperar es que January Jones reciba mejores ofertas en el terreno cinematográfico, aunque vista la ausencia de ideas originales y la repetición de modelos, más le valdría seguir en la televisión norteamericana donde sí se está innovando y se están haciendo producciones de alta calidad.

▲ Que no supere las dos horas de sufrimiento.

▼ El personaje de Xander Berkeley (el teniente).

Ficha Técnica

  • Fotografía: David Tattersall
  • Montaje: Jay Cassidy
  • País: Estados Unidos
  • Duración: 105 minutos
  • Público: +16 años
  • Distribuidora: Aurum
  • Estreno en España: 13 de julio de 2012

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