Película El principito

Película El principito: Digno homenaje a Saint-Exupéry

· Mark Osborne, realizador de Kung Fu Panda y Monstruos contra alienígenas, ha conseguido la primera buena adaptación de El principito para la pantalla grande.

La película El principito es una obra maestra de la literatura, un libro inclasificable, hecho de nostalgia, imaginación, dolor… El principito habla a grandes y pequeños por igual, y los dibujos que realizó Saint-Exupéry para la edición -desde hace casi 75 años- forman parte de la imaginería popular mundial. Ha conocido numerosas adaptaciones para la escena, algunas de ellas notables; algunas aceptables para la pequeña pantalla, y tres o cuatro desastres para la pantalla grande. El principito soporta mal la distancia, y los actores de carne y hueso en pantalla.

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Mark Osborne, realizador de Kung Fu Panda y Monstruos contra alienígenas, ha conseguido la primera buena adaptación de El principito para la pantalla grande, pero hay que decir que el guion de Irena Brignull y Bob Persichetti, sin ser perfecto, está lleno de ocurrencias y aciertos que permiten contar esa historia de una manera bastante aceptable. En primer lugar, sabían que El principito es, literalmente, inadaptable a la pantalla grande, de modo que no han pretendido seguir el libro a la letra; y, en segundo lugar, se habían dado cuenta de que El principito necesita un interlocutor ingenuo: en el libro el lector es cómplice del narrador, en su versión han desarrollado la historia de una niña moderna y competitiva que se prepara para ingresar en la prestigiosa Academia Werth. La presencia de un viejo, excéntrico y enigmático vecino, disfrazado de aviador, la distrae continuamente. De pronto, con la niña, el público se interesa por ese anciano, ¿es posible que sea…?

La animación digital es un vehículo adecuado para esta historia, permite respetar el estilo de los ingenuos dibujos originales, sin que ello afecte negativamente al resto de la narración, y le da amplio margen a desarrollar ideas como ese campo de estrellas, el peluche del zorro, y tantos otros que han encontrado los guionistas.

La historia respeta el espíritu del original y sus críticas a la ambición, la codicia y el afán de triunfar a toda costa, la sensibilidad ecológica y la capacidad de mirar a su alrededor no han perdido nada de su actualidad. Solo chirría un poco el penúltimo tramo, el único verdaderamente original de nuestros guionistas, que no llega a la altura del autor original. En él vemos a un principito adulto, digno, pero… En fin, una buena película y buen homenaje a la obra maestra de Saint-Exupéry.