El protegido

Shyamalan ecorre parajes tan trillados como son el cine de terror o, en esta ocasión, el mundo del cómic, para reinventarlos

El protegido

El protegido: Reinventar el mundo del cómic

En la actualidad, los departamentos de efectos especiales de los grandes estudios han pasado a ser lo más importante dentro de las producciones hollywoodienses. No obstante, Night Shyamalan se ríe de ellos. Este joven director de origen hindú es un buscador. Sus películas transitan nuevos caminos narrativos y visuales. Penetra en historias que piden a gritos multitud de efectos, pero él las desprovee absolutamente de ellos para convertirlos en relatos desasosegantes. Recorre parajes tan trillados como son el cine de terror o, en esta ocasión, el mundo del cómic, para reinventarlos.

Shyamalan no es un director sencillo, a pesar de lo que podría pensarse debido a las altas recaudaciones de su anterior película (El sexto sentido). Posee la cualdidad de no limitarse a fotografiar actores, dejando en cada encuadre una alta carga de intención con la que va dosificando la información que entrega al espectador. Sus solitarios personajes andan perdidos en mitad de impensables crisis internas, buscando un rayo de luz que ilumine sus identidades. El director trata de transferir esa turbación al espectador, manteniéndole en el mismo nivel de confusión que el protagonista. Shyamalan pretende en todo momento conseguir esa atmósfera inquietante y para ello utiliza las siguientes armas:

Primero: Busca una fotografía expuesta a niveles bajos de iluminación para crear sensación de miedo y opresión; sin embargo, los tonos de los colores son realistas, lo cual hace que el espectador se aleje del verdadero sentido de esta historia, acercándose en gran medida al cine de cómic, que se caracteriza por utilizar colores más vivos.


Segundo: El director ralentiza el ritmo de la acción, dándole un tratamiento más pausado y alejándose de lo que podría esperarse de una historia que bebe de los cómics.

Tercero: Willis hace una interpretación interiorizada en exceso. Aunque los acontecimientos que le suceden sean inexplicables, él los recibe como un hombre corriente. Shyamalan se permite cambiar en varias ocasiones el punto de vista de la historia. Así hace que el espectador la vea desde fuera del personaje de Willis, alejándolo del subjetivismo de El sexto sentido.

Cuarto: Shyamalan resuelve la mayoría de las secuencias con apenas uno o dos planos, y si puede jugando con la profundidad de campo, componiendo la imagen en distintos planos, como expresión visual de los diversos niveles en los que se mueve la historia.

Es pues una película de andamiaje muy estudiado y esto se nota en diversas ocasiones. Aún así, habría que ver qué habrían hecho con esta historia directores como Tim Burton o Ron Howard. Seguramente alguna gamberrada espectacular o una fábula sobre un personaje solitario o incomprendido. Sin embargo, Shyamalan busca en cierta forma una trascendencia. Trata de reflexionar sobre la búsqueda por parte del ser humano de una misión en la vida y de su innegable destino para salir de la mediocridad y hacer el bien.

Ficha Técnica

  • País: EE.UU. (Unbreakable, 2000)
  • Fotografía: Eduardo Serra
  • Música: James Newton Howard
  • Distribuidora: Buena Vista
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